“El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña.”
Todos estamos invitados a ir al cielo, como en una viña. Pero no estamos llamados a ser ociosos, sino a trabajar con Dios en su viña. Él nos comparte la responsabilidad de su viña.
Jesús nos dio nuestro trabajo cuando dijo a sus discípulos,
Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes.
Hacer discípulos es nuestro trabajo, haciendo crecer su viña, Su Reino. Como padres de familia tenemos que comenzar con nuestros propios hijos.
Tenemos un buen programa de catequismo en nuestra parroquia. Creció nuestra programa de catequismo hasta 1,250 muchachos en Mayo. En comparación en el Diocese de Austin, Sagrado Corazón llego a ser el quinto mas grande de 127 parroquias en cuanto a estudiantes. Ya por este año, tenemos registrados ahora unos 1,340 estudiantes y esperamos para enero pasar 1,500 muchachos tomando clases. Otra vez estamos muy felices, pero, a la vez sorprendidos, y un poco ansiosos por que Dios nos ha dado mucha responsabilidad de ayudar a los padres de familia en la formación de la fe de sus hijos.
Durante el verano, estábamos hablando mucho entre nuestro equipo sobre nuestra tarea de formación de sus hijos en la Fe de Jesucristo. Estamos muy conscientes de que nosotros no somos los principales maestros de la fe de sus niños, sino que Uds. padres son los maestros principales.
Son los papás quienes tienen la responsabilidad de la formación de sus hijos, en como ser buenas personas, en su educación y en su fe. No puedo explicar el dolor que yo experimento cuando vienen los niños a su primera confesión y les doy su penitencia, por ejemplo, pidiéndoles rezar el Padre Nuestro y no lo saben rezar. Eso no es nuestro trabajo. Esto es el trabajo de Uds. padres formar la fe en Cristo, y enseñar a sus hijos quien es Dios y como rezar como Cristo nos enseñó.
Otro ejemplo, cuando pregunto a los niños si han faltado a misa y me responden, “¿Padre, qué es esto? ¿Qué es Misa?” Luego les pregunto si vienen a la iglesia cada fin de semana y me responden que si, siempre a su clase de doctrina. Pero no asisten a Misa, no conocen las respuestas de la Misa, no saben que es la Misa.
Padres, cuando esto suceda, estamos fallando todos. No estamos formando discípulos de Jesucristo. No estamos formando Cristianos. No estamos formando Católicos. Padres, estamos fallando. No pueden Uds. depender solamente que la Iglesia los va a formar, sino que juntos vamos a formarles en la Fe; juntos Uds. con la ayuda de nosotros. No queremos fallar. Pero si no trabajamos juntos, vamos a fallar.
Los muchachos tienen que aprender a practicar su fe y la importancia de la Santa Misa. Los muchachos no van a aprender como ser discípulos solo con clase, ni tecleando sus celulares en el pasillo. En la Santa Misa van a aprender encontrar a Cristo en su Palabra. En la Misa van a encontrar a Cristo en su Cuerpo y Sangre. ¡Cristo esta aquí! Cuando vamos a Misa estamos reuniéndonos con Cristo, cada semana. Cuando vamos a Misa estamos cumpliendo el Tercer Mandamiento de Dios, guardar el séptimo día como el día del Señor. Lo que los niños aprenden en las clases es para ayudarles a vivir y practicar su Fe. Pero si no los llevan Misa, estamos enseñándoles una mentira cínica, peligrosa, como que no estamos enseñándoles la verdad, y que ni nosotros le damos importancia a la Santa Misa.
Los niños no son tontos, aprenden rápido de sus papás si la fe es de mucho valor o no. Si los padres no practican su fe, los niños aprenden ser cínicos, que no es verdad la fe. ¿Uds. quieren enseñarles esto?
Entonces, tomábamos una decisión con las catequistas de pedir que los niños en catecismo llevan un papel para ser firmado después de la Misa, como una constancia que si estaban en la Misa. Eso no es castigo, no es penitencia, es para enseñar la importancia de venir a Misa y vivir los Mandamientos de Dios. Eso es lo que enseñamos aquí en la Iglesia Católica, en apoyo a Uds. en las familias. Ahora estamos pidiendo que después de la Misa los Acomodadores vienen al frente de la iglesia, frente al altar, y que los niños pueden pedir que los Acomodadores los firmen allí.
En varias ocasiones las madres me han pedido una firma fuera de la iglesia y sus niños no estaban presente. Por favor, ¡no hagan esto! Es responsabilidad de los niños. En otras ocasiones los niños me presentan el papel saliendo de sus clases, o en el jardín. Por favor, no nos incluyan a una posible mentira. Eso debe ser un ejercicio de honor, de aprender nuestra responsabilidad.
Bueno, no esperábamos el resultado. ¡La semana pasada llegaban a Misa unos 3,069! ¡Unos 600 personas mas que el normal esperado en Misa la semana pasada! No sabíamos que el problema era tan grande esta falta en la formación de nuestros muchachos. Por favor, padres, tomen en serio la formación en la fe de sus hijos. ¡Tráelos a Misa!
Ahora, nos presentó otro problema. Nuestra iglesia nada mas tiene capacidad para sentar unos 500 personas. Teóricamente podemos acomodar unos 3,500 personas sentadas en total en las 7 Misas cada fin de semana. Pero, entre 700 hasta 800 personas decidieron venir a tres Misas el domingo pasado, a las 9:30, 11:30 y 1:30. Teníamos mucho exceso de personas en estas tres Misas. Sin embargo tenemos cuatro Misas mas que no son tan llenas: 5 de la tarde en Inglés y 7 de la tarde en Español el Sábado; y 8 de la mañana en Inglés y 5 de la tarde el domingo en Español.
Tenemos suficiente lugares. Con siete Misas cada fin de semana, tenemos suficientes Misas. Tenemos que aprender como acomodarnos.
Como en el Evangelio de hoy, Dios siempre nos busca para trabajar en su viña. Y Él quiere pagarnos justo con su Gracia y con la vida eterna. No debemos quejar contra Él, sino acomodar a Él y los demás en nuestros corazones. Ven a la viña de Dios. El trabajo es la formación en la fe de discípulos, comenzando con sus propios hijos.