Así iniciamos la Cuaresma. Juntos. La Cuaresma no es un viaje individual, sino un peregrinaje comunal. Individualmente no resucitamos a la vida eterna, sino juntos. Si ustedes no llegan al cielo, tal vez no hay esperanza para mí tampoco.
Ha habido personas en mi vida, incluso en mi propia familia que dicen, «No necesito la religión organizada. Puedo encontrar a Dios en la cima de una montaña o en un amanecer.” Eso es espiritualidad egoísta, perezosa. Si se puede encontrar a Dios en la naturaleza. Pero, la salvación necesita mucho más esfuerzo que eso. No podemos salvarnos a nosotros mismos, pero, si nos separamos de nuestros hermanos y hermanas, nuestra salvación se vuelve mucho más difícil. Dios siempre nos llama a buscar la salvación como en la comunidad formada por El, en El. Es más bien como un bote de salvavidas después de un naufragio. Tenemos que permanecer juntos en el bote; separados no nos salvamos.