A veces, cuando estoy celebrando la misa, consagrando el pan y el vino para que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, me miro a mi mismo, pensando, “Yo no Soy Capaz de Hacerlo”, o “¿Quién piensas que eres?” Y miro a la gente y me pregunto ¿cómo puedo yo dar a la gente lo que ellos necesitan?
En otros momentos, cuando estoy ungiendo a un enfermo, o una persona quien esta muriendo, me miro y contemplo ¿como es posible que este rito puede servir a esa persona quien se esta enfrentando consecuencias difíciles o aun su muerte? ¿Qué esperanza le puedo yo compartir con ellos?
En estos momentos me siento muy pequeño ante misterios tan grandes, como los misterios de los sacramentos que estoy presentando. Es como me pregunto, “¿Cómo es posible?”