Ninguno de nosotros olvidará el año 2020. Acusación presidencial en el Congreso (Impeachment). Coronavirus y cuarentena. Cierre económico. Iglesias cerradas. Miedo generalizado. Y ni siquiera estamos a mitad de año. No recuerdo otro año tan lleno de narraciones espantosas. El miedo publico está muy fuerte.
Un hombre moreno desarmado llamado George Floyd fue asesinado por la policía de Minneapolis. Un video del asesinato se volvió viral y provocó disturbios en todo el país. La narrativa se extendió que la policía busca a los negros y los matan. Ahora hay cada vez más informes de insurreccionistas que manipulan a las multitudes en las manifestaciones y preparan ladrillos y bombas para usar en su destrucción, mientras que ellos se esconden, animando el caos.
El público está confundido sobre lo que se supone que debemos creer y temer. Nos dijeron que temiéramos a Rusia, Ucrania, el presidente y luego el coronavirus. Una vez que comenzaron los disturbios, nos dijeron que temiéramos la brutalidad policial contra los morenos. No importa el virus y la cuarentena; ahora se supone que debemos tenerle mas miedo a la policía.
Francamente, aunque estoy horrorizado por el asesinato de un hombre moreno desarmado en Minneapolis, temo más los disturbios y la pérdida del orden social. Y, la prensa representa la narrativa que se supone que debemos creer, mientras que en una semana pasamos del miedo al virus al miedo a la policía y los disturbios.
Todos vivimos de nuestra «narrativa». La narrativa es lo que creemos que es verdad. Pero ¿Qué hacemos cuando la narrativa cambia frecuentamente, o semanalmente? Tenemos mucho más que temer de una narrativa que es deshonesta y manipulada todos los días por nuestros medios, en la televisión, en periódicos y en Internet y las redes sociales. Resulta caos, cuando la información es falsa.
Se supone que una narrativa pública es la verdad. Sin embargo, cuando el público finalmente deja de creer cualquier narrativa, comienzan a inventar su propia narrativa. Lo estamos experimentando aquí en Austin, Texas, donde muchos Hispanos han dejado de creer en la pandemia y están optando por creer que la epidemia ha terminado; ya paso el peligro. Como resultado, la comunidad Hispana ahora es responsable de más casos nuevos de Covid-19 en el condado de Travis que cualquier otro grupo étnico. Se van a enfermar y morir muchos Hispanos por creer una narrativa falsa. También habrá un aumento de infecciones entre los manifestantes de todo el país en nuestras grandes ciudades. Si eso no suceda, entonces todos hemos sido manipulados sobre la falsa narrativa de la cuarentena. Ya estamos comenzando a observar un nuevo aumento en los casos y hospitalizaciones de Covid entre los Hispanos. La narrativa errónea pueda matarte.
Examinemos algunas otras narraciones. El Wall Street Journal y el Washington Post, dos periódicos importantes, publicaron esta semana estadísticas sobre tiroteos policiales de morenos en los Estados Unidos. Estaban examinando la narrativa de que la policía está fuera de control y buscando a matar a los morenos. Deberíamos quitar fondos y presupuestos de a la policía. Personalmente, cuando yo llamo al «911», quiero que alguien contesta y responda.
¿Ocurre que la policía dispara a los morenos? Si. Sucede. Es verdad. ¿Pero cuáles son las estadísticas?
En 2019, el último año en el que hay datos nacionales, el Wall Street Journal informa que la policía disparó y mato a 1004 personas en los EE. UU. Un 24%, o 235 eran morenos. La policía disparó fatalmente a 19 personas anglos desarmadas, mientras que dispararon a 9 morenos desarmados. Unos 235 morenos fueron asesinados por la policía; solo 9 estaban desarmados. El resto tenían armas. El 53% de todos los delincuentes por homicidio eran morenos. Más morenos fueron asesinados el fin de semana solo en Chicago, principalmente por otros miembros de pandillas criminales. Los delincuentes matan a más morenos que la policía. Estos son verdades, hechos publicados. Estos hechos son tristes.
Sin embargo, estos hechos no respaldan la narrativa pública de que la policía está buscando a matar a los morenos. No hay narrativa pública que utilice estas estadísticas. La narrativa simplemente no tiene fondo; no es verdad. Pero, quieren que nosotros aceptamos que la policía busca a matar a morenos.
La epidemia de coronavirus no ha disminuido y sigue siendo peligrosa. La policía no busca a matar a morenos. Estos son las estadísticas. Las estadísticas no apoyan las mentiras que dicen en la narrativa publica. La gente muere cuando la narrativa es falsa, mentira.
Recordemos que Jesús enfrentó una narrativa falsa que finalmente lo llevó a la muerte. Dijeron que el estaba causando insurrección. Testigos falsos dijeron que sus enseñanzas estaban en contra de las leyes de Dios. Falsa narrativa. La falsa narrativa condujo a la muerte de Jesús en la cruz.
En el Evangelio de Juan leemos:
Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos.
Nicodemo conocía la narrativa de liderazgo del Templo en Jerusalén contra Jesús. Para crédito de Nicodemo, vino a preguntarle directamente a Jesús cuál era la verdad. Jesús le dio la verdad en pocas palabras. Si los judíos hubieran creído esta Verdad, Jesús no habría muerto. Pedro y Pablo no habrían sido martirizados. Stephen, Santiago e innumerables fieles y santos mártires no habrían muertos por una narración falsa. Jesús dijo la verdad:
Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Algunas personas se refieren a esto como el «Evangelio del fútbol», porque se ha convertido quizás en la frase bíblica más citada, hasta en estadios de deportes. Jesús dio la verdadera narrativa. Jesús fue crucificado por una narrativa falsa. Las narraciones falsas matan personas. El mundo miente. La narración del mundo con frecuencia es falsa, y personas mueren.
Sin embargo, Jesús tuvo que morir por las mentiras del mundo. El mundo odia la verdad, especialmente si no puede manipularla. Como cristianos, debemos aferrarnos a la Verdad, o perderemos nuestras vidas eternas.
Jesús les contó a sus apóstoles la narrativa de que ellos y nosotros debemos aferrarnos a,
Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.
Cuando el mundo intenta darnos la falsa narrativa popular en ese momento, debemos aferrarnos a la narrativa de nuestro bautismo.
San Pablo escribió en su segunda carta a los corintios:
Por último, hermanos, alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes.
Salúdense mutuamente con el beso santo. Todos los hermanos les envían saludos.
En cada Misa usamos las palabras de San Pablo en el saludo,
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes.
Dile esto una y otra vez al mundo, pero podría hacerte mártir. Ahora, vamos a decir juntos nuestro “Credo”, que es nuestra narrativa histórica.
Ojo. Muchos han muerto por causa de este Credo.