En el mundo hay caos. Tenemos que buscar la orden. Para encontrar la orden necesitamos a madurar en nuestras prioridades y aprender a controlar el caos que nos rodea, con la Gracia de Dios. Necesitamos sabiduría de corazón.
Una manera de conocer la madurez de una persona es saber si esta persona tiene valores y prioridades; o si tiene una cosa bien definida como el mas importante. Puede ser su vida eterna y su fe. Puede ser su familia. Lastima si no tiene valores definidas en su vida para guiarles a perseverar contra el caos en nuestras vidas. Así hace falta la sabiduría. Está perdido, viviendo en caos.
Se puede entender mucho de una persona reconociendo cuál es realmente importante a él o a ella. Nuestras prioridades pueden determinar la dirección de nuestras vidas, como una decisión de vivir o morir. ¿Por qué un soldado caerá sobre una bomba granada para salvar sus compañeros si no daba mucho mas importancia al bienestar de los demás sobre su propio bienestar? ¿Por qué un hombre dejara su familia y hacer sacrificios personales para buscar trabajo en otro país, si no era porque él ha tomado la decisión que el bienestar de su esposa e hijos es mas importante?
Jesús nos esta dando instrucciones sobre el Reino de los cielos en capitulo 13 de San Mateo, usando parábolas. La semana pasada nos hablo Jesús comparando el Reino de los cielos a un grano de mostaza, o a levadura que hace fermentar todo el pan. O sea, que nuestra fe puede cambiar todo, mostrándonos otras valores y posibilidades fuera del caos o la desesperanza. Hoy Jesús continua con sus parábolas, ahora hablando de prioridades, diciendo:
El Reino de los Cielos es como un tesoro escondido en un campo. El hombre que lo descubre, lo vuelve a esconder; su alegría es tal, que va a vender todo lo que tiene y compra ese campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas;
Si llega a sus manos una perla de gran valor, se va, vende cuanto tiene y la compra.
Ojalá que todos nosotros tendríamos un tesoro que es tan precioso que venderíamos todo para poseerlo. En mi caso, les comparto que mi perla, mi tesoro es mi fe y la Iglesia. Antes, tenia también a mi familia, mi matrimonio y nuestros hijos. En mi vida, estos tesoros me han guiado en casi todas mis decisiones personales.
Nuestras prioridades mal puestas nos pueden causar caos y dolor si no están bien escogidos cuando nos malentendemos a nuestras prioridades. Déjeme darles unos ejemplos.
Señoras me vienen de vez en cuando diciendo que sus maridos ya no quieren ser casados a ellas. Quizás los hombres dicen algo como,
“¡Solo quiero ser feliz! ¿No tengo el derecho a ser feliz?”
Estos hombres están mostrando que no tienen valores fuera de ellos mismos. Muestran que su propia felicidad vale mas que sus hijos y su pareja. Falten sabiduría de corazón. Quizás son alcohólicos o adictos al sexo fuera del matrimonio, y no tienen la virtud de castidad. Son inmaduros, como un niño, y su única prioridad es ellos mismos. De todas formas sus prioridades están causando mucho dolor a su familia.
Otro ejemplo, incluye a los quienes confunden sus prioridades. En mi experiencia como candidato para el diaconado recibíamos muchas instrucciones en las clases que nuestro Sacramento de Matrimonio siempre tiene el primer lugar; y Segundo, nuestro trabajo, porque el trabajo era necesario para mantener la familia.
Solo cuando habíamos satisfechos nuestras responsabilidades a la familia podríamos ejercer nuestro ministerio de diacono. O sea, que el Sacramento del Matrimonio vino primero, y tiene prioridad sobre nuestro Sacramento de Sagrados Ordenes. Pero he conocido a hombres ministros quienes causaban muchas problemas con sus parejas, diciendo que la iglesia era mas importante que su matrimonio y la mujer tenia que entender esto. Ahora, como viudo, y como Sacerdote, estoy casado con la Iglesia, y no tengo otra prioridad en medio. Cuando escuchamos la discusión sobre la posibilidad de sacerdotes casados, vamos a tener primero que definir ¿cual será la prioridad en caso de este matrimonio de un sacerdote? ¿Cual sacramento tendrá prioridad? ¿El matrimonio? O ¿El sacerdocio? Si no determinamos a esto, estaríamos causando mucha confusión en la iglesia y mucha dolor en la familia. Algo tiene que ser numero uno en prioridad, y debe ser la familia.
De vez en cuando, el hombre dice que su trabajo es mas importante que la familia. Es un error. No muestra sabiduría. Este conflicto causa mucho dolor.
Otro ejemplo de problemas serias de prioridad suceda en demasiados matrimonios cuando uno de las parejas están confusos respecto a quien viene primero.
Antes del matrimonio las prioridades deben ser:
Primero los padres; segundo los hermanos y familia; y tercer los amigos. Fíjense como entra el conflicto en familias cuando los niños comienzan a decir que sus amigos son mas importantes que sus padres y hermanos.
Después del matrimonio, las prioridades deben cambiar para permitir un matrimonio sano:
Primero la pareja; segundo sus hijos; tercer sus padres; luego los hermanos y familiares; y los amigos. Fíjense como entra el conflicto en el matrimonio cuando una pareja dice que su prioridad “numero uno” es sus hijos y sus padres y hermanos; y que su pareja es numero tres o cuatro. No es tan extraño entonces, cuando la pareja en tal situación sale de la familia. No se sienta en su propio lugar.
Prioridades. ¿Cual es número uno? ¿Cual es segundo? Debemos examinarlos con frecuencia. Así tendríamos sabiduría.
Mateo 13:44-52