Dios nos creó, nos formó de nada, de polvo. Así hizo Dios con el primer hombre, y de allí venimos todos nosotros.
Después de haber creado el cielo y la tierra, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir.
Se acuerden que el miércoles de Ceniza, recibimos las cenizas con las palabras,
Acuérdate que eres polvo, y a polvo volverás.
Dios nos formó a nosotros para ser totalmente libres, libres de pecado; libre para amar o no; libre para ser amigos con El y a los demás Hijos de Dios.
Dios nos formó libre de pecado. Observen con cuidado como inicio el pecado en el hombre y como el Demonio usaba la tentación para tumbarnos, y así separarnos Dios.
La serpiente … le dijo a la mujer: «¿Es cierto que Dios les ha prohibido comer de todos los árboles del jardín?»
Así, cuestionando la honestidad a Dios, y iniciando el pecado de envidia.
La mujer respondió: «Podemos comer del fruto de todos los árboles del jardín, pero del árbol que está en el centro, dijo Dios: ‘No comerán de él ni lo tocarán, porque de lo contrario, habrán de morir’ «.
Pero contesto el Demonio,
«De ningún modo. No morirán. Bien sabe Dios que el día que coman de los frutos de ese árbol, se les abrirán a ustedes los ojos y serán como Dios, que conoce el bien y el mal».
O sea, que Uds. no pueden confiar en la Palabra de Dios, decía el Diablo. Puso duda de Dios en las cabezas de Adán e Eva. Es un acto de división del Demonio. “Uds. pueden estar como Dios.” (Noten Uds. los pecados de “envidia” y la “codicia”). Dios no hizo el pecado.
Antes de este encuentro con el Demonio, Adán e Eva gozaban de amistad con Dios su Creador. El pecado no existía. Y ellos no podían morir, porque estaban formados para vivir con Dios. Los dos ya iban a vivir eternamente con Dios. Pero, cuando comenzaron a creer que Dios está siendo insincero e injusto con ellos, perdieron confianza en su Palabra. Se rompió el enlace de amistad con Dios. Eso fue el inicio de pecado en Adán e Eva. Ellos rompieron la Amistad con Dios. Dios no rompió amistad con ellos. Ellos se separaban de Dios. Eso fue el “Pecado Original”.
Cuando Adán e Eva comieron el fruto prohibido, no murieron del fruto. Pero ellos si se separaban de Dios y su amistad por su decisión; no fue decisión de Dios. Para tener vida eterna, tienen que estar con Dios, unidos con Él. Adán e Eva fueron desobedientes, y resultaban mortales y murieron mortales. Sus hijos nacieron después del pecado original, después del Jardín y también nacimos mortales. Dios no hizo la muerte.
Nosotros perdemos vida eterna cuando nosotros decidimos separarnos de amistad y comunión con Dios. Nosotros escogemos nuestra muerte eterna, también por desobediencia.
Cuando Jesús formo la Iglesia, nos llamaba a todos a entrar nuevamente en amistad con él, invitándonos a ser bautizados con agua y el Espíritu Santo, lavados limpios del Pecado Original. Nos invita a vivir con él en la Iglesia en Comunión, fortalecidos por los Sacramentos, en la Vida Sacramental: El Bautismo, la Eucaristía, la Confesión, la Confirmación, el Matrimonio, Sagrados Ordenes y Unción de los Enfermos. Juntos, los Sacramentos nos cura y nos fortalece en amistad con el Señor.
Juntos en comunidad celebramos, como Iglesia. Trabajamos juntos para ayudarnos a formar nuestros hijos e hijas y a nosotros mismos.
La Vida Sacramental no es una vida de soledad, aislada, sino de Unidad en Comunión con la Iglesia. Caminamos juntos en la Parroquia. Los Sacramentos no son disponibles aparte de la Parroquia.
Yo les urjo. Únanse a su parroquia. Entran en comunión con su parroquia. No entran anónimos. Participen. Aprendan a decir a su Iglesia, a su parroquia,
Aquí estoy. ¡Aquí estoy! Pueden contar conmigo. Señor, aquí estoy con su pueblo. Pueden contar conmigo.
Tengo mucho orgullo de nuestra comunidad Sacramental, nuestra parroquia. Estamos saliendo de un periodo difícil desde la Pandemia. Mucho ha cambiado en tres años. Muchos dejaban de venir. Tenemos participantes nuevos. Tenemos que saber quién está ahora después de tanto cambio. Con quien podemos contar.
Les invitamos a todos a registrarse en la parroquia como miembros. En la hoja amarilla en el boletín encuentran instrucciones como registrar como miembros. Aun si no son miembros, les pedimos usar los sobres amarillos. Les pedimos, por favor, ayúdenos a saber quién viene a nuestra parroquia con los sobres. Vienen entre 2,500 y 3,000 personas a las 7 Misas cada fin de semana.
Adán e Eva permitían la división y perdieron la Comunión con Dios. Por favor, no se esconden. No queden invisibles, separados. Únanse a su parroquia. Participen en su comunidad Sacramental. Utilicen los sobres a decirnos,
¡Aquí estoy! Cuenten conmigo. Pueden contar conmigo.