“Dichoso tu Simón, … tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedara atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedara desatado en el cielo.”
La iglesia fue fundado por Jesucristo así alrededor del año 33, y nunca ha dejado de existir, guiado por los Papas, en el lugar de San Pedro. La iglesia existe para guiarnos al cielo, para darnos los sacramentos dado por Jesús para santificarnos. La iglesia existe para darnos instrucción, especialmente instrucción moral, para vivir con honor en el Reino de los Cielos.
Si nosotros vamos a vivir en el Reino de Dios, tenemos que ser fieles y honestos. Tenemos que vivir moralmente, y guiar nuestros hijos a vivir moralmente para su bien.
Cada año cuando los niños vuelven a sus escuelas, me preocupo por ellos, por su fe, por sus almas. Estarán en peligro. Vuelvan a mucha tentación a su honor y virtud. De igual manera estoy preocupado por sus papas y adultos quienes trabajen en el mundo, en la presencia de mucha corrupción y tentación. Tenemos que entender los peligros para ayudar a nuestros hijos, y a sus padres.
¿Como debemos vivir nuestras vidas diariamente en el mundo para seguir nuestra fe y ser honestos, humildes y justos? Este problema también yo experimente en mi vida profesional.
Por muchos años yo era diacono permanente mientras que yo trabajaba en la industria privada. Yo era ejecutivo en el mundo de negocios. Mis colegas en mi trabajo sabían que yo era diacono en la iglesia, y me hicieron con frecuencia una pregunta respecto a mi fe. Mis compañeros en la parroquia sabían de mi carrera profesional, y varios de ellos me hicieron una pregunta muy similar. Siempre fue la misma pregunta. Esa pregunta era, y es, muy importante, para adultos, y jóvenes estudiantes.
La pregunta que recibí con frecuencia era, “¿Marcos, como haces para vivir con tu fe en el mundo de negocios?” Excelente pregunta, para adultos y estudiantes.
Pero la pregunta en si supone una perspectiva equivocada. La suposición atrás de la pregunta es que el mundo de negocios y la fe no se mezclan; que la religión no tiene lugar en el mundo de negocios donde todos ganamos la vida.
Hubo un tiempo en mi vida en que yo también estaba de acuerdo con esta perspectiva.
Con el tiempo, con mas madurez en mi fe, llegue a ver que esta suposición era una mentira grande. ¡Es falso! Al contrario, se necesita la fe y el honor en el mercado, en el negocio, en las escuelas y en todos aspectos de nuestras vidas. El mundo requiere gente de virtud, honor y confianza; gente honestos con principios fuertes; gente de fe transparente. Sin gente confiable, justos, honestos ¡el mundo nunca será justo, y no habrá esperanza de vivir civilmente en paz! Sin gente de justicia, el mundo deja de funcionar.
Con tiempo encontré la forma de responder a la pregunta que me hicieron, “¿Como hago yo para vivir con mi fe en el mundo?” Primero les preguntaba, “¿Recibieron su salario el mes pasado? Cobraran su cheque? Si les pagaron, entonces nadie les debe un centavo mas!” A cambio de su salario, su compañía o su supervisor le espera de Uds. dos cosas importantes: 1) Funcionar bien en su trabajo; y 2) Ser responsable administrador de los bienes de la compañía. Si Uds. aceptaron y cobraron su cheque, entonces es su responsabilidad ser un empleado fiel. Es igual para los estudiantes.
Y entonces, les dijo, “¡DEJEN DE ROBAR TU COMPANIA! ¡DEJEN DE ROBAR SUS CLIPS (PAPER CLIPS, SUJETADORES DE PAPELS, O PLUMAS)!”
Mis compañeros me miraban curiosamente, como que yo había dicho algo loco. Entonces continuaba yo, “¡No me miren así! Uds. saben muy bien lo que estoy diciendo. Cuando nosotros recibimos nuestro salario todas las deudas están canceladas. La compañía no nos debe un centavo mas! Hicimos un trato de honor cuando aceptamos el trabajo. Después de pagarnos de acuerdo al entendimiento inicial, no nos deben ni una grapa. Ni un papel. Ni una copia del Xerox. Ni una pluma o lápiz, o sobres. Ni una llamada personal de larga distancia en los teléfonos de la compañía. Ya recibíamos nuestro sueldo. La compañía espera que sus empleados son honestos, y fieles administradores de sus bienes. Todos. Les debemos el mejor de nosotros.
Mi razón era que, si yo no puedo tener confianza en mi mismo con las cosas pequeñas, entonces ¿como pueda la compañía confiar en mi con cosas grandes? Desde aquel entonces mi estándar personal ha sido, “Si no es propiedad mía, no es mía!”
Uno de los Diez Mandamientos de Dios es, “No robes”. Con este estándar personal de que la propiedad de otros “No es mía”, ya era inútil para mi convencerme a mi mismo que robar una pluma o una grapa, un clip no es un robo por ser pequeño. Y mas y mas podía apreciar el valor de personas verdaderamente honestos en el mercado, en la industria. Gente de integridad y honor. Gente justos quienes nunca robaran nada, ni un clip.
El asunto no es que Nuestro Dios me va a mandar al Infierno por el robo de un simple “clip” o un centavo. Si yo me encuentro condenado será por mi decisión de romper un mandamiento de Dios, no importa que sea pequeña o grande el robo.
¿Cuando comienza un acto ser robo? ¿Un centavo? ¿Un dólar? ¿Cien dólares? ¿Mil dólares? Personalmente tome la decisión de mantener mi estándar con una simple definición: “No es mío.” Es un estándar de vigilancia y control sobre mi mismo. Es mi responsabilidad personal ser honesto en todo.
Con frecuencia personas se presenten in el Confesionario confesando robos. Muchos me dicen, “Pero, Padre, son cosas insignificantes, cosas chiquitos.” Es como que Dios les debe perdonar simplemente porque las cosas que robaban eran pequeños! Entonces, si Uds. piensen que tomar cosas pequeñas no es robo, aparentemente su estándar moral es pequeño. Entonces, ¡no tienen limites en su moral personal!
Algo semejante sucede cuando el niño en la escuela copia respuestas de otro, “cheating”, en un examen. Actualmente este representa tres pecados: Primero, la flojera de no haber preparado su tarea; segundo el de robar conocimientos de otra persona. Tercer, hacerse mentirosos cuando presenten estas respuestas del otro al maestro, como si fueron suyo. “Cheating” es feo. Mejor es representar al mundo el suyo que es suyo en verdad, y mantener una guardia personal que, “!Si no es mío, no es mío!” “No es mío” debe ser nuestro estándar moral y personal siempre.
Con esta estándar estricto he encontrado una paz que yo no sentía antes. Me ha servido en mi trabajo y en mi vida personal. Siendo estrictamente responsable a mi mismo por mi conducto con la propiedad de los demás, y con la honestidad, poco a poco yo he encontrado una paz no esperada. Yo comenzaba ver otras oportunidades para mejorarme moralmente y espiritualmente, como las mentiras piadosas, u otros actos deshonestos o estafas, incluyendo el chisme. Todo se base en el mismo: respeto y justicia para los demás, y respeto para su propiedad.
Mientras yo aprendía no robar clips, mi corazón creció en generosidad para los demás. Era como un peso se había levantado de mi corazón.
Me di cuenta que los quienes roban no tienen paz, ni un espíritu de generosidad. Cuando no roben, no tenemos que vivir con ningún temor interior de ser descubierto como ladrón, ninguna ilusión o en estafa. Me sentía mas libre!
El mundo necesita a Católicos morales, honestos, honrados, justos. Es mas, todo el progreso de cualquier comunidad lo requiere hombres y mujeres, estudiantes y jóvenes de mucho valor, justicia, honestidad y fe. ¡Católicos, su comunidad se necesita como no pueden imaginar! Limpio de estafas.
Mantengan limpias sus almas. Vivan su fe en el mundo. Vivan libres. Y no roben “paper clips”. Rezan para las almas de nuestros niños cuando vuelven a sus escuelas.