La Navidad es tan familiar a todos que casi lo ignoramos. Pero es peligroso a un pueblo perder la Navidad. Vamos imaginar que la Navidad no existe.
No es muy difícil imaginar un mundo sin la Navidad. En la historia humana hubo un tiempo antes del nacimiento de Cristo cuando no tenían la Navidad. Todavía hoy en día hay muchas personas, aun aquí en Austin que no creen en la Navidad.
¿Cómo es un mundo sin la Navidad? ¿Es igual a un mundo con la Navidad?
Vamos examinar con cuidado un mundo sin la Navidad. Primero, esta vida será la única vida posible. Vivimos una sola vez. Cuando termina esta vida, se apagan las luces. Todo es oscuro. No hay más vida. La única esperanza es lo que es posible lograr en esta vida mortal. No importa si roben o maten, porque no hay un cielo o una vida después de esta. Nadie va ser responsable por sus crímenes o pecados, porque después de esta vida, no hay nada más. En un mundo sin la Navidad, no deben tener miedo de perder la vida eterna.
En un mundo sin esperanza, sin futuro eterno, todos viven solo para su propio gusto, su propio placer para vivir al máximo. Imagínense viviendo no tomando en cuenta a los demás porque no hay ninguna responsabilidad personal, uno para el otro, porque no hay consecuencias después de esta vida. ¿Cómo es vivir en un mundo sin esperanza?
Muchos de Uds. saben muy bien como es vivir sin esperanza, porque Uds. dejaban a México y la violencia y la falta de futuro allá. México hoy en día es un país sin esperanza, con mucha pobreza y mucha corrupción y poca justicia. De México viene, por ejemplo, amenazas a nuestra esperanza como el mito de “La Santa Muerte” y la gente mezclan su fe católica con una contradicción que pone a riesgo su vida eterna.
Rechazan Uds. todo concepto de brujería, curanderos y la Santa Muerte. Purifican su fe en la única esperanza que vale: La esperanza de la Navidad y la vida eterna con Dios.
No solamente en México se encuentren una gran falta de esperanza. Hace dos semanas un joven mato a veinte niños y otros adultos en Connecticut, y luego se suicidio. ¿Porque? Bueno, podríamos contar varias razones como, por ejemplo, la enfermedad mental. Pero, al final, el cometió estos crímenes por su falta de esperanza, y su falta de conocimiento de la vida eterna.
Los Estados Unidos nos encontramos en un conflicto con algunos grupos de musulmanes radicales quienes nos quieren matar, y quieren matar a todos cristianos en el mundo. Matan a cristianos en sus propios países. Un estado de guerra inicio con su ataque en las torres de Nueva York el once de septiembre 2001. ¿Porque? Bueno, otra vez hay muchas explicaciones, pero al final será por falta de esperanza, falta entendimiento de la vida eterna y la Navidad.
La semana pasada los quienes no creen en la Navidad veían pasar una fecha sin esperanza, el 21 de diciembre de 2012, cuando supuestamente el mundo iba terminar. Nada sucedió. El mundo de la esperanza sigue. ¿Porque a muchos de ellos faltaba tanto la esperanza de la Navidad preferían esperar el fin del mundo?
La Navidad no es simplemente un día de Fiesta. La Navidad no celebra simplemente el nacimiento de un bebe. No, es mucho, mucho más.
En la Navidad, nació en el mundo toda esperanza de una vida eterna con Dios. En la Navidad la muerte murió cuando la Vida Nueva nació en Belén. En la Navidad, el diablo y sus demonios perdieron su poder para la eternidad y ellos fueron condenados por si mismos por la eternidad.
En la Navidad, nació en el mundo un Dios quien nos ama tanto que el mismo tomo carne humana de la Virgen María, para vivir con nosotros y ensenarnos su vida. En Belén nació el Hijo de David, el Hijo de Dios, nuestro Mesías, nuestra Salvación.
La muerte no pudo dominar a Jesús. Cuando Jesús murió en la Cruz, la muerte perdió su poder por la eternidad. Cuando Jesús nació, nació nuestra esperanza de vivir eternamente en paz con él.
Cuando Uds. encuentran a personas quienes no creen en la Navidad, es porque tampoco creen en la vida eterna. Ellos están diciendo que no comparten con Uds. la esperanza que Uds. tienen como cristianos bautizados.
Imaginen un mortal hablando con un inmortal. Eso es lo que pasa cuando un cristiano fiel hable con un mortal no creyente, un pagano. Imaginen la Santa Muerte hablando con el Santo Niño: El Niño ya acabo con el poder de la muerte. No pueden tener El Niño Jesús y la Santa Muerte. O se hacen fieles a uno, o al otro. Pero ten cuidado. La diferencia es eterna, y no podemos pagar la deuda sin la vida y la esperanza del Santo Niño.
Todos tenemos que escoger: La Navidad o la muerte. El tiempo de vida en este mundo es corto. Si falten esperanza de vivir más, o no tienen miedo de perder su vida eterna por sus acciones, entonces esta es una conversación entre una persona con valores y una persona quien no tiene valores. Son dos mundos.
Doy gracias estar celebrando nuestra esperanza en presencia de Cristianos quienes confíen en Dios y se preocupan por su propia vida eterna. Juntos ahora podemos celebrar el nacimiento de Dios como hombre, el hijo de María, el Hijo de Dios, en Belén.