En el libro de Hebreos, San Pablo nos dice,
La fe es aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver.
En el evangelio, leemos que,
… los apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe».
Muchos de nosotros pensamos que la fe es algo que, o la tenemos, o no la tenemos. Es como que si no la tenemos, entonces no la podemos tener, como que no tenemos control sobre la Fe, o no nacimos con Fe.
Claro, la Fe es un don de Dios. Pero, en verdad, cada uno de nosotros podemos escoger la Fe y hacerla crecer en nuestras vidas.
Cuando los apóstoles dijeron a Jesús,
«Auméntanos la fe»….,
No es que los apóstoles no tenían la Fe. Es posible que ellos estaban diciendo que les ayude dominar su temor, y hacer crecer su coraje, su fuerza, su valor. Muchos de nosotros creemos, … pero no queremos hacer ningún compromiso. El temor es enemigo de la Fe.
La Fe nos invita, nos exija hacer compromiso personal para la vida, con valor y crecer en confianza pero hay resistencia en muchos.
Un ejemplo es que muchos padres traen sus niños a la Iglesia para bautizarles o para primera comunión, pero no quieren comprometerse a venir a Misa todas los domingos. O sea, tienen Fe, pero no quieren hacer mas compromiso con su Fe o con la Iglesia. Tienen algo de Fe, pero no desean practicar su Fe. O falten confianza.
Otro ejemplo es con el matrimonio. La famosa “unión libre” es un ejemplo de poca Fe entre la pareja. Quieren vivir hombre y mujer, pero no quieren hacer ningún compromiso permanente. Pero la Fe nos exige compromiso personal; como que ser padre o madre nos exija hacer compromiso personal y permanente con nuestros hijos y nuestra pareja. En la Iglesia hacemos estos compromisos permanentes, en publico. La “unión libre” manifiesta la cobardía y falta de valor.
Otro ejemplo es con los quienes se comprometen por la Fe a entregarse a servir a Dios y la Iglesia todas sus vidas en vida religiosa.
San Timoteo era discípulo de San Pablo, y Pablo lo hizo el primer Obispo de la ciudad de Efeso. Es claro que San Timoteo tenia Fe. Pero, San Pablo escribió a Timoteo,
“Te recomiendo que reavives el don de Dios que recibiste….”
Es como decirle, “Muchacho ¡Tengas valor!”
La Fe es algo que podemos reavivar y hacer crecer, pero con valor. Podemos pedir de Dios que El nos fortalece en nuestros compromisos de la Fe con valor. Jesús estaba mostrándoles a sus discípulos que no es suficiente tener la Fe, sino que tenemos que vivir la Fe con confianza.
Si tienes Fe, ¿porque no lo prediques? Si tienes Fe en Cristo y su Iglesia, ¿por qué no lo compartes? Tengan valor en vivir y mostrar su Fe con confianza.
Muchas veces decimos que tenemos Fe, pero, a la vez, tenemos miedo de mostrar nuestra Fe en publico. Sabemos que el mundo nos va a criticar por nuestra Fe. Debemos rezar a Dios no solo para la Fe, sino para valor y confianza. Por miedo, aunque tenemos la Fe, la escondemos por temor. En el principio de mi sacerdocio yo faltaba el valor de usar mi collar de sacerdote en publico, afuera de la parroquia.
Jesús y su apóstol, San Pablo, nos esta diciendo,
… que reavives el don de Dios que recibiste cuando te impuse las manos.
San Pablo dice,
el Señor NO nos ha dado un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de moderación.
Nuestras Hermanas religiosas, las Discípulas de Jesús, son un regalo de Dios para nuestra parroquia. Sus vestidos representan públicamente su valor y su compromiso con Jesús. Son ejemplos de su compromiso en la Fe, como todos nosotros debemos vivir, sin temor.
Las Discípulas de Jesús nos han traído cinco de sus novicias a nuestro Convento para una parte de su formación pastoral. Yo les pido a Uds., que rezan para ellas en su formación. Estas mujeres si tienen Fe. Pero ellas están haciendo el esfuerzo de crecer en su fe y valor, con disciplina para servir de acuerdo a su Fe como Discípulas de Jesús en todos los momentos de sus vidas. Ellas están enfrentando su temor, y su falta de confianza para conformarse mas y mas a Jesús, para que un día, ellas pueden hacer un matrimonio con El, con votos perpetuos. Es una bendición que nosotros tenemos la oportunidad de observar su crecimiento y formación.
Pero, también debemos imitarles a ellas en su formación.
Una de los objetivos principales de tener las Hermanas Discípulas de Jesús viviendo aquí entre nosotros es para inspirar y fortalecer nuestra comunidad de Fe. Debemos cuidarles con mucho respeto y amor. Ellas son un tesoro de la Fe Católica entre nosotros. San Pablo urgió,
“Guarda este tesoro con la ayuda del Espíritu Santo, que habita en nosotros.”