En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: “Si tú quieres, puedes curarme”.
Eso fue un acto de fe en Jesús del parte del leproso.
En la primera lectura oímos como Moisés mando a los Judíos tratar al leproso. La lepra es muy contagiosa y causa a una persona no solamente sufrir de su enfermedad, sino, también, sufrir exilio y separación de su comunidad y de su familia. Quizás fue mas dolorosa la separación que la enfermedad. Y, solo el sacerdote judío fue capaz de mandar el leproso al exilio por ley de Moisés; y solo el sacerdote tenia la capacidad oficial de restaurar un leproso curado otra vez a su comunidad y familia.
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