Con frecuencia Padre Alex y yo nos reunimos para preparar nuestras homilías compartiendo y discutiendo las lecturas para las Misas el fin de semana.
Cuando nos reunimos este semana para compartir las escrituras para esta fin de semana, Padre Alex me hizo un comentario que me causo a reflexionar. El comento que celebramos la Navidad y la Pascua, pero tenemos la tendencia de tratar el día del Espíritu Santo, el Pentecostés, como un domingo común y corriente.
No era así en los principios de nuestra Iglesia. Sino ellos trataban al Espíritu Santo como compañero. El libro de Hechos esta lleno de referencias al Espíritu Santo, como lo vemos hoy. Siempre estaba presente. Siempre estaba activo en la Iglesia primitiva.