En el curso de mi vida he visto mucha tecnología nueva.
En mi vida la ciencia del ADN, el material genético en cada uno de nosotros ha explotado. Hoy podemos decir donde se originaron los antepasados de una persona.
Mi familia me convenció a suscribirme a un servicio de estudios de ADN.
Los resultados del estudio de mi ADN revelan muchas sorpresas, como la mezcla de las razas que hay en mi sangre y mis antepasados. Mi familia posee muchas razas. No tenía ni idea de que yo tenía tanta genética; cuantas razas están en mi genética personal, especialmente la cantidad de la raza Neanderthal en mis genes. Una de los estudios del ADN nos presenta es que todo el mundo viene de otro lugar. Y las mezclas raciales son sorprendentes. La ciencia nos dice que hay muy pocas razas que existen hoy en la misma geografía donde esa raza originalmente comenzó su presencia en la tierra. Todos somos inmigrantes o hijos e hijas de inmigrantes. Y hay muy pocas razas puras. Casi todos tenemos antepasados de varias fuentes étnicas y geográficas.
Abram comenzó a ser amigo de Dios convirtiéndose en un inmigrante.
“… dijo el Señor a Abram: «Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré.
…………..
Abram partió, como se lo había ordenado el Señor.”
Ese fue un evento que cambió el mundo.
¿Por qué Abram dejó su familia y su hogar y su tierra? Él y su esposa ya estaban avanzados en edad y relativamente ricos. Dios había prometido a Abram,
«Haré de ti una gran nación,
Y yo te bendeciré;
Haré tu nombre grande,
Para que seas una bendición.
Hoy sabemos por tantas Escrituras y por la ciencia que esta gran nación de Abraham tuvo muchos matrimonios mixtos a lo largo de los siglos. Nuestro Dios es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Esta línea de la raza humana no era de una sola raza étnica, sino una sola fe que comenzó porque Abram era fiel y obediente a Dios. Nuestras vidas actuales no son solamente el resultado de la genética, sino de la fe y la obediencia en nuestros antepasados. Cada uno de nosotros somos más el resultado de nuestra fe que el resultado de un solo grupo étnico.
La historia de la salvación no es la historia de un grupo étnico, ni una raza, sino de la fe de Abraham, transmitida a través de Moisés, Elías, María y José, Jesús, los Apóstoles, los Mártires y Santos y nuestra Iglesia Católica Universal. Este es el rastro humano que dice más sobre nosotros que nuestra línea de sangre. Nuestras líneas de sangre han cambiado muchas veces, pero nuestra fe ha permanecido sin cambios. La promesa de Dios a Abram se ha cumplido y ha hecho de nosotros una gran nación, en la Iglesia de Jesucristo, el Hijo de Dios. Pero seguimos siendo peregrinos e inmigrantes en este mundo. Somos todos inmigrantes.
Como inmigrantes somos peregrinos y misioneros. Estamos formados por la Palabra de Dios.
Pablo le dijo a Timoteo, el joven obispo de Éfeso,
Él (Dios) nos salvó y nos llamó a una vida santa,
No según nuestras obras
Pero según su propio diseño
Y la gracia concedida sobre nosotros en Cristo Jesús antes de tiempo comenzó,
Pero ahora hecho manifiesto
Mediante la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús,
Quien destruyó la muerte y trajo vida e inmortalidad
A la luz a través del evangelio.
Pablo dijo,
Lleva tu parte de las dificultades para el evangelio
Con la fuerza que viene de Dios.
Tres de nuestros Evangelios cristianos en la Biblia, Mateo, Marcos y Lucas narran la historia de la Transfiguración de Jesús en el Monte Tabor en Israel. En los tres relatos, Jesús le dio a Pedro, Santiago y Juan una visión del Cielo cuando vieron a Jesús caminando y hablando con Moisés y Elías. Estaban siendo formados para convertirse en Apóstoles para fundar nuestra Iglesia. En cada relato oyeron a Dios el Padre decirles:
“Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias; escúchenlo”.
Ahora, nos encontramos en la primera parte de la temporada de Cuaresma. Hay muchas cosas que pueden estar bloqueando nuestros oídos de escuchar a Dios. Tenemos muchas distracciones y tentaciones que nos impiden soportar nuestra parte de las dificultades para el Evangelio, y salir y proclamar el Reino de Dios.
Somos parte de una raza de los hijos de Abraham. Somos llamados a un modo de vida sagrado. Dios el Padre nos dice que debemos escuchar a Su Hijo, Jesucristo. Esta es nuestra porción en la vida. Para esto fuimos creados y bautizados e iniciados en Su Iglesia. El Reino de Dios está cerca de nosotros.
La temporada de Cuaresma es para ayudarnos a recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos, y quienes somos.
Por favor, apartan tiempo para orar esta Cuaresma, para escuchar al Hijo de Dios, para conocer y asumir nuestra parte del Evangelio. No ignoren la Cuaresma. Recuerda quién eres y por qué estás aquí, en este camino.