Mas de mil años antes de Cristo, ya hace mas de tres mil años, los Israelitas se encontraban esclavos en Egipto. Dios escuchó sus gritos de oraciones y mando a Moisés para sacarles de Egipto y volver a su tierra prometida, Israel.
Pero ellos habían vivido tanto tiempo fuera de su tierra y sin practicar su religión que habían olvidado su fe y como vivir con Dios. Durante 40 años en el desierto Dios les enseñó y reformó a su pueblo a través de Moisés. Dios les mostraba ejemplos de su bondad cuando les dio a comer pan del cielo, y les dio agua para tomar de la roca. Dios les cuidó y les dio instrucción y su ley como vivir con El y entre nosotros y evitar el caos.
Este pueblo Israelita ya tenían mas de 400 años viviendo en Egipto, lejos de la tierra prometida a Abraham y a ellos. Habían olvidado mucho de su religión y tenían muchas tendencias paganas. Ahora, a través de Moisés Dios les formó nuevamente, poco a poco a su pueblo de Israel. Este pueblo es la base de nuestra fe. La fe cristiana se base en las revelaciones de Dios al pueblo Israel que encontramos en el Antiguo Testamento. Somos, cristianos, el nuevo Israel. Sus profecías predicaban a Jesucristo siglos antes. Nosotros cristianos estamos parados sobre los hombros de nuestros hermanos mayores, el pueblo de Israel y los Judíos. Jesús y su madre, María, son Israelitas, Judíos, quienes vivían en Israel y conocieron la ley que Dios les dio a través de Moisés.
Uno de estas leyes que Dios dio a Moisés incluyo a los famosos Diez Mandamientos. Siempre ofrecemos copias de los Diez Mandamientos en las entradas de nuestra parroquia.
También, Dios dio a Moisés el Gran Mandamiento que es el resumen de todas las leyes de Dios que escuchamos hoy en el evangelio.
El doctor de la ley, un fariseo, le pregunto a Jesús,
“Maestro, ¿cuál es el mandamiento mas grande de la ley?”
Jesús no tenia ningún problema contestarlo porque todos los Judíos lo sabían.
“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
Este es el mas grande y primero de los mandamientos.
Y el segundo es semejante a este:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas.”
O sea, toda nuestra fe, todo nuestro religión, todo la Biblia se base en estos mandamientos: Amar a Dios y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
A mi me es fabuloso como los Diez Mandamientos reflejan al Gran Mandamiento, y el Gran Mandamiento es resumen de los Diez Mandamientos. Los primeros tres se enfocan en la primera parte: “Amarás a tu Dios.”
Escuchan los primeros tres de los Diez Mandamientos:
I.- Yo soy tu Dios. No tendras otros dioses fuera de mi.
II.- No tomes en vano el nombre de Dios.
III.- Acuérdate del dia Sábado para santificarlo. (O sea, el Séptimo Día, el Día del Señor, nuestro Domingo –¡No faltes a Misa!)
En estos tres de los Diez Mandamientos, oímos como debemos amar a Dios,
“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.
Este es el mas grande y primero de los mandamientos.”
Para entender los otros siete de los Diez Mandamientos, entendemos como vivir con nuestros prójimos,
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
Y aquí encontramos como hacerlo:
IV.- Respeta a tu padre y tu madre.
V.- No mates.
VI.- No cometas adulterio.
VII.- No robes.
VIII.- No atestigues en falso contra tu projimo. (No mientas.)
IX.- No codicies la mujer de tu prójimo.
X.- No codicies la casa de tu prójimo.
Hacen esto, y aprenderán,
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
¿Cuantas veces Dios nos enseña la importancia de preocuparnos para nuestro prójimo?
Fíjense en como Dios dijo a Moisés para nosotros en la primera lectura hoy,
“No hagas sufrir ni oprimas al extranjero, porque Uds. fueron extranjeros en Egipto.”
¿Cuanto de Uds. entienden muy bien esto?, siendo que muchos de Uds. son extranjeros y han sufridos como extranjeros. A mi me llama la atención como los Mexicanos quienes ya tienen muchos años en Texas frecuentemente no tratan bien a los Mexicanos recién llegados. Dios va recordar esto, cuando ellos claman a El.
Pero somos cristianos, quienes beneficiamos de recibir las enseñanzas de Dios a través de su hijo, Jesucristo, y sus profetas como Moisés. Tenemos las revelaciones de sus leyes y el ejemplo de Dios.
Como parroquia del pueblo de Dios tenemos que conocer y entender sus leyes y enseñanzas; y tenemos que ponerlos en práctica.
Cuando maduramos en la fe entendemos como Dios desea que colaboramos juntos como comunidad. Estoy muy orgulloso de Uds. como apoyan a los pobres en nuestra comunidad con la colecta mensual de San Vicente de Pablo. Podríamos hacer mejor, pero vamos en la buena dirección.
Estoy orgulloso también como los papás están aprendiendo llevar su niños a Misa. Aquí van aprender como Dios les quiere, y como amar a Dios, dándole alabanza, haciéndonos discípulos de Jesús y cuidando a nuestro prójimo.