¡Felices Pascuas!
¡Resucitó! ¡Jesús ha resucitado! No encontraban el cuerpo! ¡Él ha resucitado!
Quizás es difícil creer. Para Tomas fue difícil. Para muchos es difícil, pero es la verdad. ¡Resucito! Esa es la única razón por la que estamos aquí hoy, porque por amor a nosotros, Dios hizo resucitar a Jesús de entre los muertos. Esa es la razón porque tenemos una parroquia y estamos aquí hoy para adorar a nuestro Dios.
Si no compartamos nada más entre nosotros, con nuestras familias, con nuestros hijos, queremos compartir con ellos y cultivar en nosotros y ellos la fe en que Jesucristo se resucito de entre los muertos, para que todos tengamos vida eterna con el! No hay otra razón que estamos aquí hoy.
Hoy se reconoce en la Iglesia como Domingo de Misericordia. En el evangelio hoy, observemos que les fue difícil para los apóstoles creer que Jesús había resucitado. Por eso Jesús se presento entre ellos para mostrarles su cuerpo y sus heridos, en prueba de su Resurrección.
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Al mismo tiempo, formo y mando a su Iglesia con el Espíritu Santo.
De nuevo les dijo Jesús:
“La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.
En todo la historia de la fe en Dios, en todo la tradición de su pueblo Israel, siempre la gente entendieron que solo Dios podía perdonar pecados. Los Judíos fueron ofendidos cuando Jesús perdono los pecados de ciertas personas. Pero, Jesús es Dios.
Y ahora, misericordiosamente, Nuestro Señor estaba dando a su Iglesia el poder de perdonar pecadores, diciendo,
A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.
Ahora, Jesús vive en la Iglesia y comparte poder divino con su Iglesia. El Papa Francisco hizo un comentario con respecto a Cristo y la Iglesia, diciendo,
“Es absurdo pensar que podemos vivir con Jesús pero sin la Iglesia, de seguir a Jesús fuera de la Iglesia, de amar a Jesús sin amar a la Iglesia.”
Jesús vive, Resucitado en la Iglesia. Por eso nosotros podemos disfrutar a los sacramentos en que El nos toque, nos lave, nos perdona, y nos da su Espíritu y su Cuerpo para darnos vida eterna.
Jesús resucito de entre los muertos para darnos vida eterna. Por amor a nosotros, Jesús vive en nuestra Iglesia, aquí, con nosotros.
¿Cómo debemos responder? Dando gracias, alabando a nuestro Señor.