En aquellos tiempos, el Señor le dijo a Elías: «Unge a Eliseo, el hijo de Safat, originario de Abel-Mejolá, para que sea profeta en lugar tuyo».
Nos ayudara entender un poco mas de Elías, para entender mejor esta lectura.
El día 6 de agosto, la Iglesia vamos a celebrar Fiesta de la Transfiguración del Señor, cuando, Jesús llevaba a Pedro, Santiago y Juan al monte y El estaba transfigurado.
De pronto aparecieron conversando con él dos personajes, rodeados de esplendor: eran Moisés y Elías. Y hablaban de la muerte que le esperaba en Jerusalén.
Moisés era el hombre mas identificado con la Ley de Dios. Elías fue el profeta mas grande, mas famoso en todo el Antiguo Testamento, siglos antes de nacimiento de Jesús. Los dos estaban vivos, hablando con Jesús.
Sin embargo Elías tenia un problema, su ego, su celebridad. Antes de los eventos en la lectura de hoy, Elías había matado mas de 400 profetas de paganos. Podemos llamar a estos profetas, “magos”, porque practicaban la magia, como las brujas quienes practican la magia en nuestra comunidad hoy.
Israel había fallado a Dios. Muchos en Israel, incluyendo sus reyes, habían aceptado a los dioses paganos y sus supersticiones. Mezclaban la practica de la religión pagano, la magia y la superstición con su practica de la religión de Dios, el Dios de Abraham, el Dios de Israel. Los reyes pusieron ídolos, estatuas de Baal en sus templos. Los reyes mataron a todos los profetas de Israel, dejando vivo solo Elías. A la dirección de Dios, Elías enfrento al Rey y hizo un reto a los profetas paganos y su magia. Gano Elías, y Elías mataba a mas de 400 profetas paganos, todos los profetas paganos. Su magia no les salvo. El rey y la reina hicieron intentos de matar a Elías. Dios protegió a Elías, pero fue demasiado stress para Elías. Elías quería renunciar su cargo de profeta, pero Dios dijo que “No”. “Todavía tienes mucho que hacer.”
Elías creía mucho en su propia celebridad. Antes de los eventos con los paganos, Elías fue el profeta mas famoso en Israel. No había nadie quien no sabia de Elías el profeta famoso. Pero, después de matar a los profetas paganos, los poderes políticos buscaban a matar a Elías. Elías quería parar, a renunciar, dejar de ser profeta. Pidió su muerte de Dios. Perder su celebridad fue demasiado para Elías. Elías le gusto mucho cuando antes era muy respetado y famoso.
Ahora, Elías dijo a Dios algo como, “Mira lo que hice!” “Mira todo el bien que logre! Pero todo el mundo quiere matarme.” Era como el estaba decidiendo cuanta obra apostolado que el había hecho, pero ahora el quería a parar su apostolado, aunque el fue mandado por Dios. Fue como Elías estaba diciendo a Dios, “Basta! No mas para mi!” a Dios.
Pero Dios dijo que “NO” a Elías. Dios le dijo a Elías, “Levántate! Todavía tienes mucho que hacer.” Elías quiera su descanso, pero Dios lo pedía mas.
Mucha, mucha gente en Israel habían cambiado de su fidelidad a Dios y aceptaron la superstición y la magia de los dioses paganos, a Baal. Dios dijo que el iba a acabar con todos aquellos quienes habían adorado a Baal.
Dios mandaba a Elías a ungir dos reyes. Ellos iban a matar a todos los Israelitas infieles, como Elías había matado a los profetas falsas. Dijo Dios a Elías,
Pero salvare siete mil en Israel: toda rodilla que no se haya doblado a Baal, toda boca que no lo haya besado.
Los sacrificaban a los quienes practicaba la magia y la superstición con Baal y los ídolos.
Con respecto a Eliseo escuchamos,
En aquellos tiempos, el Señor le dijo a Elías: «Unge a Eliseo, … para que sea profeta en lugar tuyo».
Dios estaba terminando el ministerio de Elías, poniendo en su lugar a Eliseo, un hombre rico, de familia rica. Y escuchamos que Eliseo se desconectaba de todos sus propiedades. Mato a sus bueyes, los cocinaba y entregaba todo sus bienes a su familia y su gente. Se hizo pobre totalmente para convertirse en servidor de Elías.
Elías quería dejar de ser profeta de Dios. Eliseo se preparo para ser profeta de Dios. Dejo todo su vida rica atrás.
Escuchen otra vez al evangelio:
Mientras iban de camino, alguien le dijo a Jesús: «Te seguiré a dondequiera que vayas». Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza».
No escuchamos mas de este hombre, a pesar de su deseo a seguir a Jesús. Aparentemente no le gusto la vida tan pobre que vivía los discípulos de Jesús.
A otro, Jesús le dijo: «Sígueme». Pero él le respondió: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre». Jesús le replicó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios».
Aquel hombre tenia buenas ideas, pero no estaba listo para el ministerio. Y Jesús estaba diciendo que proclamar el Reino de Dios era mucho mas importante y urgente.
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia». Jesús le contestó: «El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios».
Cuando Dios nos llama al ministerio, nunca es a nuestra conveniencia. Nada que tenemos nosotros es mas importante que el Reino de Dios.
Luego, los primeros apóstoles dejaban todo para seguir a Jesús. Los pescadores dejaban sus barcos en la arena. San Pablo dejo todo su vida anterior, sin estar preparado. Eso es responder a la llamada de Dios.
Y no se olvida, Pedro, Santiago y Juan observaron a Jesús transfigurado caminando y hablando con Elías, vivo. Excelente lección para los Discípulos de Jesús.