Aquellos de ustedes que han experimentado un hermoso noviazgo, matrimonio y luna de miel, o algo semejante, quiero que recuerden ese momento. Estaban locamente enamorados. Estaban locos, profundamente, locamente, desvergonzadamente enamorados.
¿Recuerda eso?
Ahora, imagina al hijo de Dios viniendo a la tierra, nacido de María, en la persona de Jesús. Imagínese su estadía en la tierra como la “luna de miel”de Dios.
Su tiempo en la tierra con nosotros cumplió Su sueño. El Hijo de Dios se casó con nosotros. Dios estaba loco, profundamente loco, descaradamente enamorado de nosotros, y con toda la humanidad, tanto que se hizo hombre para vivir con nosotros, desde su Concepción en María hasta su Muerte en la Cruz y Su Resurrección.
Su Ascensión al Padre fue por su gran amor al Padre. Pero, nos esta llevando nosotros también al Padre, por su amor a nosotros.
Nos amó tanto que vino a compartir cada parte de nuestra vida en la tierra. Él nos amó tanto que quería que viviéramos eternamente con él. Él derrotó a la Muerte por nosotros, para que no tengamos barreras o limites para amar y vivir con él para siempre.
Esa es una loca historia de amor. Esa es la historia de amor mas grande en la historia humana.
¿Qué le sucede a alguien que es amado tanto? Lo observemos con frecuencia, todo el tiempo. Cuando alguien ama tanto a alguien más, cambia el amado, te cambia a ti. Pienso que muchos de Uds. así lo han experimentado. A menos que tenga un corazón de piedra, ese amor comienza a despertar amor en su propio corazón del amado y ese comienza a amar de nuevo, a devolver ese amor. Ese amor comienza a llenar la vida de los amantes, y cambiar sus vidas, si no rechazan al amor.
Puede ser complicado y torpe a veces, desordenado, fuera de balance, pero ese amor comienza a crecer y crecer y crecer, cada vez más grande, como una familia crece y crece por el amor de los primeros dos amantes.
La vida como Jesús fue la “luna de miel” del Hijo de Dios. Fue desordenado, y algunas veces incómodo y complicado según el criterio humano. Pero así es como es el amor.
Al amor exige una respuesta. Y, Jesús nos enseñó a amar de nuevo.
Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos.
Cuando estamos profundamente enamorados, somos más capaces de reformar nuestras vidas y conformarnos unos a otros, recogiendo los rasgos, los hábitos y los valores de cada uno. El amor nos hace eso.
Y Jesús nos manda,
Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
San Juan escribe sobre esa transformación que sucede en nosotros en el amor, en su primera carta.
… guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
Eso es lo que hacen los amantes.
Esto es lo que sucede cuando crecemos en amor con Dios. Esto es lo que les sucede a los cónyuges que están profundamente enamorados. Honramos los valores más preciados de cada uno. Esa es una señal segura de que estamos enamorados de esa persona.
También les sucede a los sacerdotes cuando nos enamoramos de nuestra Iglesia y nuestra gente. Mi experiencia como sacerdote es una historia de amor, incluso a veces desordenada y torpe, a veces incomodo, pero es un amor profundo. También le sucede a las hermanas religiosas, como con nuestras «Discípulas de Jesús». Incluso ellas usan un anillo de bodas para mostrar que están casados con Jesús. Están viviendo sus vidas profundamente, locamente enamoradas.
Y, Juan nos dice que amar es el mandamiento de Dios. San Juan escribe,
Y su mandamiento es este:
debemos creer en el nombre de su Hijo, Jesucristo, …
Y también dice Juan,
Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor.
El que no ama, no conoce a Dios.
Pero nunca se olvida, Dios nos amo a nosotros primero.