“… el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir.”
No se puede entender este cuento en Génesis de la creación si no entendemos que el aliento de Dios le dio al hombre vida eterna, no solamente vida del mundo. Fue la intención de Dios siempre darnos vida eterna. El quien recibió el soplo de Dios en la nariz no pudo morir. Cuando el hombre comenzó a vivir era para siempre.
Vemos que el Diablo siempre nos hace tentación. Satanás tentó a Adán y Eva en el jardín y también a Jesús en el desierto.
Es importante que Uds. si creen en el Diablo. Satanás es real. Satanás es persona, un ángel caído del cielo por ser también desobediente a Dios. Cuando Satanás observo a Dios crear el hombre con vida eterna, con voluntad libre, Satanás se puso celoso del hombre. Satanás es el “príncipe del mundo”, es mentiroso y desobediente, rebelde y quiere que todos los hombres seguimos a el, bajo su mando, rebelde a Dios como hizo con Adán y Eva. Por eso mintió Satanás a Eva y Adán cuando Eva le dijo que habrán de morir si fueron desobedientes a Dios si comieron el fruto del árbol de conocimiento del bien y el mal.
La mentira de Satanás fue cuando el dijo,
De ningún modo. No morirán.
¡Que mentira! Satanás quería ver al hombre también rebelde, también excluido del cielo, condenado a la muerte, sin la presencia de Dios, sin vida eterna.
Después de conocer a Cristo, San Pablo como Apóstol a los paganos enseno a los Romanos,
Así como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Cuando nuestros primeros padres, Adán y Eva perdieron la vida eterna, los perdieron para todos sus hijos, incluyendo a nosotros. Así entro el pecado y la muerte en el mundo.
Se acuerden que la tentación a Jesús sucedió después de su bautismo en el rio Jordán, cuando bajo el Espíritu Santo sobre El. Luego, Satanás tentó a Jesús. Satanás va hacer tentación a nosotros para hacernos también rebeldes, condenados. Como Jesús, tenemos que resistir las tentaciones de Satanás para seguir salvados.
Alguna vez Uds. han experimentado la pregunta que hacen los Protestantes, como los Bautistas, “¿Estas a salvo?” “¿Has estado salvado?”
Cuando un Católico reciba este pregunta muchas veces no saben responder. La respuesta es “¡Si!” “Estoy a salvo.”
Se acuerda que Nicodemo pidió a Jesús como tener vida eterna. Jesús respondió a Nicodemo.
“Amen, amen, yo les digo que nadie puede entrar el Reino de Dios sin haber sido nacido del agua y el Espíritu.”
Uds. están bautizados de agua y el Espíritu Santo? Entonces pueden contestar el Protestante, “Si, estoy a salvo por Cristo.”
Se acuerden que también cuando Jesús estaba ensenando sobre la Eucaristía, dijo,
“Quien coma mi carne y beba mi sangre tendrá vida eterna ….”
Todos los Sacramentos de la Iglesia son Cristo. Vivir la vida sacramental es vivir con Cristo. Las comunidades Protestantes han rechazados a los Sacramentos. No ensenan la vida sacramental. Si les pregunten si Uds. están a salvo, la respuesta es “Si”.
Ahora, lo que ellos no entienden es la teología Católica que la Iglesia y la Biblia ensenan. Cuando fuimos bautizados no perdimos la voluntad libre que Dios nos dio cuando nos creo. En cada momento de nuestras vidas en la tierra somos capaces de aceptar o rechazar el amor de Dios. Adán y Eva estaban a salvo antes de hacerse rebeldes. Pero cuando ellos decidieron, por su propio voluntad libre, a rechazar a Dios y sus mandatos, ellos se separaron de Dios. Cuando nosotros decidimos a ser rebeldes a Dios, a mentir o robar o matar o no venir a misa, nosotros también nos separamos de Dios. Aunque estamos bautizados, somos libres de ser rebeldes y perder nuestra vida eterna.
Cuando el Protestante nos pregunta si estamos a salvo, no solamente debemos decir, “Si”. Sino, también podemos explicar que todavía estamos capaces de ofender a Dios y hacernos rebeldes. Nuestra salvación requiere que siempre luchamos contra la tentación, y buscar reconciliación cuando pecamos.
Estamos a salvo, porque Jesús también nos dio el Sacramento de Reconciliación, la confesión. Cuando caemos de la bicicleta podemos confesar nuestros pecados. Cuando confesamos sinceramente, Jesús nos hace igual como el día de nuestro bautismo, limpios de pecado, salvados. Podemos ensenar a los Protestantes que tenemos la ventaja de estar seguros que podemos ser reconciliados con Dios.
Los Protestantes no entienden todo lo que implica la libertad que Dios nos ha dado a todos. No entienden que pasamos todos nuestras vidas en tentación. No entienden la misericordia de Dios en su plan de salvación con sus Sacramentos.
Este Cuaresma, viven libres pero con cuidado. Examinen sus vidas con mas intensidad. Pida que Dios les ilumina a ver en que maneras han sido rebeldes a El y sus mandamientos. Confiesen sus pecados a Jesús. Hagan penitencia. Rezan, ayunan, hagan sacrificios. No falten la Santa Misa. Comulguen cada vez que pueden. Y cuando caen de la bicicleta, vuelven a confesar para volver a salvo. Así es cierto lo que dijo Jesús,
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios»