Este miércoles que viene es «Miércoles de Ceniza» y el comienzo de la Cuaresma.
Debemos entender la Cuaresma como un tiempo para acercarnos a Dios y crecer en humildad. Una manera de pensar en la Cuaresma es verla como una gran montaña que debemos escalar desde donde estamos hoy en nuestro viaje al Día de la Resurrección del Señor, o Pascua. No podemos lograr la resurrección y la salvación de nuestras almas por nosotros mismos. Debemos confiar en Dios y escuchar su Palabra.
El Miércoles de Ceniza, escucharemos las palabras,
«Arrepentíos y creed en el Evangelio»
o,
«Recuerda que eres polvo, y al polvo volverás»
No podemos crecer hacia la Pascua y nuestra resurrección sin una profunda humildad, y aprender a vivir con sencillez, reconociendo quiénes somos realmente. Venimos del polvo, y volveremos al polvo.
Como sacerdotes a menudo visitamos a los moribundos. Cuando usted tiene la oportunidad de visitar a alguien en Cuidado de Hospicio, o en un hospital y en su hogar, entramos en presencia de personas que, si están conscientes, saben que su fin está cerca.
Estas personas ya no se preocupan por la ropa que van a usar, o lo que van a comer o beber. Esas cosas ya no son importantes para ellos. No están pensando en un coche nuevo o una casa nueva o en su celular. No les preocupa si caen bien a la gente. Ninguna de esas cosas importa.
Si han estado viviendo con la Palabra de Dios en sus vidas, están más preocupados por hacer una buena Confesión y ser perdonados de sus pecados, o ser ungidos. Están mucho más preocupados por lo que viene después, el Cielo o el Infierno, o la nada. Ellos necesitan estar rodeados de sus familias y amigos cercanos. Ellos quieren ser amados y no se sienten olvidados o ya no son relevantes. Su mayor necesidad es ser consolados y superar su miedo.
Las personas de fe que saben que están enfrentando una muerte inminente se están preparando lo mejor que pueden. Si han estado viviendo con la Palabra de Dios, estas personas generalmente tienen esperanza en sus preparativos. Están mirando hacia adelante. Si no han estado viviendo con la Palabra de Dios, estas personas están luchando con el miedo, la depresión, tal vez con la derrota y sin sentido. Tienden a mirar hacia atrás.
Cuando considero mis muchas experiencias en presencia de los moribundos, mis propios miedos de hoy o de ayer carecen de sentido. Echa un vistazo a tus propios miedos. ¿Le preocupa lo que va a comer o beber, dónde vivirá o qué ropa va a usar, o cuánto dinero tendrá? ¿Tienes miedo de la política en nuestra nación o comunidad?
Hay personas aquí en nuestra comunidad que son mucho más temerosas acerca de las cosas que afectan sus vidas, como ser deportado o lo que les sucederá a sus hijos. Muchos en nuestra parroquia, incluyendo a muchos de Uds., están buscando notarios para firmar documentos que proporcionen cuidado para sus hijos si son deportados y para proteger a sus hijos de ser recogidos por Texas CPS, Child Protective Services. Algunos de Uds. han estado ahorrando su dinero durante años para comprar una casa para mejorar sus condiciones de vida, y ahora tienen miedo de perder todo lo que han trabajado. Hay mucho miedo, aquí mismo en nuestra propia comunidad. Esta experiencia nos esta dando lecciones para nuestras vidas espirituales.
Debemos prestar atención. ¿Como hemos cambiado en lo que fue importante a nosotros hace un mes? Lo importante ha cambiado.
A medida que se preparan para la Cuaresma, prepárense para su salvación eterna. Mire atentamente sus propios miedos. Vea a quienes están a su alrededor que realmente están luchando, heridos y asustados. Compare esas necesidades de los demás con lo que cree que son sus necesidades.
«Arrepentíos y creen en el Evangelio»
«Recuerda que eres polvo, y al polvo volverás»
¿Alguna vez te has sentido abandonado por Dios? Recuerda las palabras del profeta hablando del amor de Dios por nosotros,
¿Puede una madre olvidar a su bebé,
Estar sin ternura por el hijo de su vientre?
Incluso si ella olvidara,
Nunca te olvidaré.