… dijo el Señor a Moisés: «Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: ‘Sean santos, porque yo, el Señor, soy santo.
Dios quiere vivir con nosotros, en amistad, por al eternidad. Dios quiere vivir en nosotros aquí y en todo el futuro. Pero, tenemos que ser santos. ¿Como podemos ser santos?
Uds. son santos! Por su bautismo y su confirmación, el Espíritu Santo vive en Uds.! ¡Que sean santos!
San Pablo dijo en la lectura,
¿No saben ustedes que son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Quien destruye el templo de Dios, será destruido por Dios, porque el templo de Dios es santo y ustedes son ese templo.
Por los hechos y discusiones en las ultimas días en la política y en los medios de comunicación, nosotros católicos, especialmente Hispanos, nos encontramos en un conflicto. Sin embargo, es una oportunidad de crecer en santidad y ser testigos de nuestra fe y paz.
¿Debemos estar preocupados por la situación? Pues, si!
¿Es realista vivir este miedo? ¡Por supuesto! ¿Debemos siempre estar calculando y haciendo planes para el bien de nuestras familias. ¡Por supuesto que si! La preocupación y el miedo no son pecados. Son normales. El miedo nos ayuda sobrevivir. Yo tengo miedo de víboras. Los tengo mucho respeto, pero este miedo no me controla. No debemos permitir que el miedo nos domine, o nos paralice. Por ejemplo, no debemos escondernos en nuestras casas por el miedo. Debemos vivir fortalecidos por la confianza de nuestra fe en Dios. Así somos santos.
Yo he estado preocupado por Uds., mi comunidad, y estoy rezando para la seguridad de nuestra comunidad. Siempre quiero decirles, “No pierden la paz.”
No es honesto decir que nada va a pasar. No sabemos que va a pasar. Pero, no piden la paz.
El miedo viene del mundo, no de Dios. El demonio rompe la paz para causar que perdemos nuestra fe para dominarnos. Examinen bien su miedo. El demonio utiliza el miedo para paralizarnos y dividirnos. Pero, Uds. sean santos.
Escuche un cuento de la santa, Madre Teresa, que hace unos anos ella llevaba un niño por la mano. El niño estaba muriendo de hambre. La Madre llevo el niño a un mercado y pidió a un comerciante que le diera comida para el niño. Se dicen que el comerciante se enojo y escupo en la cara de la Madre Teresa! La Madre estaba asustada. Pero respondió al comerciante quien la escupo, doblando en respeto a el diciendo, “Gracias por su regalo a mi …, pero ¿puedes darme un poco de pan para el muchacho?”
A pesar de su espanto y miedo personal ella persevero para el bien del muchacho. Eso es un ejemplo de “dar la otra mejilla”, como dijo Jesús a sus discípulos,
«Han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda….”
Cuando Jesús dice, “No tengan miedo”, nos esta diciendo, que tengan valor, “No pierden la paz.” O no permitan que la paz les paralice de hacer bien.
San Pablo nos esta diciendo,
Hermanos: ¿No saben ustedes que son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Quien destruye el templo de Dios, será destruido por Dios, porque el templo de Dios es santo y ustedes son ese templo.
Quien esta bautizado y confirmado tiene El Espíritu Santo habitando en ellos. Los del mundo no lo tienen! Sin El Espíritu de Dios, el mundo vive en tinieblas. Hermanos, por favor, ¡No viven en tinieblas! ¡No viven en temor! Tengan el valor de su fe. Jesús nos dice,
Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto».
Recen por los que les persiguen.