Cada uno de nosotros tenemos que tomar muchas decisiones en nuestras vidas. Algunas decisiones son de menos importancia, como que ropa escogemos para vestir hoy, o que queremos comer.
Pero, algunas decisiones son de mucha importancia porque nos afecta después por toda la vida. Por ejemplo, ¿con quien quiero vivir como pareja? O, quiero o no tener hijos. O, ¿qué trabajo quiero hacer? ¿Y, que educación o formación debo buscar?
Pero, hay decisiones todavía mas importante, porque afectan todas las demás decisiones. Se trata de que si quiero vivir solamente esta vida en la tierra, solo en este mundo hasta que muere mi cuerpo, o si quiero buscar a vivir eternamente en el Reino de Dios. Quizás esta es la decisión mas critico que debemos tomar. Todas las demás decisiones serán afectado por esta decisión de vivir o no en el Reino de Dios.
Todo el mundo antes del ministerio de Jesucristo no tenían la posibilidad de tomar esta decisión. Solo con la llegada de Jesús comenzamos a tener la posibilidad de escoger vivir en el Reino de Dios. Sin esta opción, solo quedaba las esperanzas de este mundo, esta vida terrenal. Faltaban esperanza. Todos iban morir para siempre sin futuro de la Resurrección. Este fue un mundo sin esperanza. El mundo sin esperanza es un mundo en tinieblas, en oscuridad.
Isaías contemplaba esta situación siglos antes de Cristo,
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una gran luz;
sobre los que vivían en tierra de sombras,
una luz resplandeció.
“Pueblo que habitaba en tinieblas”, “los que Vivian en tierra de sombras”; Isaías estaba hablando de un mundo dominado por la muerte, sin otra esperanza. Esta falta de esperanza fue un yugo a todo el mundo, como una “barra que oprimía sus hombros”. Todos estaban oprimidos por el dominio de la muerte.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una gran luz;
sobre los que vivían en tierra de sombras,
una luz resplandeció.
La luz fue Cristo y la Salvación. Fue la destrucción del poder de la muerte. El evangelio consiste en esta mensaje sobre todo. Vino la luz de Cristo, el Reino de los cielos.
La primera persona quien anuncio esta buena nueva fue Juan el Bautista. Ahora, cuando Jesús entro en su ministerio, uso las mismas palabras,
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: «Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos».
Para vivir eternamente debemos escuchar y entender estas palabras de Jesús, el evangelio que mas nos informa la decisiones mas importantes de nuestras vidas,
«Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos».
Padres escuchan, y ensenan esta lección a sus hijos. Si no escuchamos ningunas otras lecciones de la Biblia, debemos prestar atención continua a esta buena nueva,
«Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos».