Vamos imaginar dos hombres en un avión que esta cayendo del cielo y va a estrellarse. Uno es ateo. El otro es cristiano. Los dos saben que van a perder sus vidas. Los dos tienen miedo.
El ateo cree que es el fin de su existencia. El cristiano, aun que tiene miedo, también tiene fe que aun que su cuerpo muere, el va vivir eternamente. El cristiano reza a su Dios. El cristiano cree que Dios habría de ser fiel a la promesa. El cristiano pide perdón de sus pecados. El no cree en Dios. Entonces que hace el ateo en sus últimos momentos?
Muchas veces miro a la gente usando su rosario o su cruz como un amuleto, encima de su camisa.
¿Qué es un amuleto? Un amuleto es un pequeño objeto usado para alejar el mal, el daño o enfermedad o para traer buena fortuna; la protección de encanto. Se usa amuletos por superstición. Los quienes creen en amuletos, no creen en un solo Dios, sino en la magia y los encantos. Creen que hay otros poderes igual de divino como Dios. Entonces no hay un solo Dios para ellos, porque hay otros poderes divinos. No tienen fe. Tienen superstición. No son muy diferentes del ateo.
Muchas veces la gente no bautiza a sus niños ni vienen a la Santa Misa, pero piden una bendición de un sacerdote, como que el sacerdote fue un amuleto, o un brujo y su bendición es magia, igual al Bautismo. Yo niego esta bendición porque no quiero confundir a la gente. Solo el bautismo puede salvar el niño. Eso es nuestra fe como enseno Jesús. Pero ellos quieren que la bendición del sacerdote sea como un amuleto – algo de buena suerte o protección.
Un amuleto es un objeto usado por los quienes se permiten de caer bajo la influencia de la magia, la brujería o la superstición. Las brujas usan amuletos para alejar el mal, dar protección o atraer la buena suerte. Muchas veces la gente usan amuletos como substituto de fe; pero no es fe. Es sacrilegio; es religión popular; es falso.
El primer Mandamiento de los Diez Mandamientos dice que hay un solo Dios, no muchos, sino uno solo.
La supresión nace en temor. Jesús nos dice,
No teman rebañito mío.
Les digo a los que usan su rosario como amuleto, que no es joyería de protección, sino instrumento de oración y esperanza de los fieles. Rezan el rosario en fe. No es adorno para mostrar, sino para oración. Muchos de quienes los usan como joyería o adorno no saben rezar el Rosario.
Nuestra fe no es superstición. Creemos en un solo Dios, todopoderoso. Creemos que Dios nos va a salvar en su Reino. Esto es nuestra esperanza.
Podemos hablar del Diezmo como signo de nuestra fe.
El concepto de dar nuestros “primeros frutos” es un signo de nuestra fe en Dios. Por ejemplo, si damos nuestro la primera hora de mi trabajo cada semana, hasta cuatro o cinco horas, esto demuestra fe. Si damos nuestros primeros frutos como diezmo estamos compartiendo con la plena confianza que Dios nos va a seguir bendiciendo. Comparamos esta practica de “primeros frutos” con los quienes solo contribuyen de lo que les sobra al final de la semana. Esto demuestra menos fe.
Mi tesoro, nuestro tesoro, no esta en este mundo. Confió en Dios para sostenerme.
Los quienes roben a otros, no importa que tan pequeño el robo, no tienen fe. Por su robo, demuestran que no confían en Dios.
En miedo no compartimos. El demonio utilice nuestro temor y miedo, nuestra falta de confianza para separarnos de Cristo.
En cambio, Jesús nos dice,
«No temas, rebañito mío, porque tu Padre ha tenido a bien darte el Reino. Vendan sus bienes y den limosnas. Consíganse unas bolsas que no se destruyan y acumulen en el cielo un tesoro que no se acaba, allá donde no llega el ladrón, ni carcome la polilla. Porque donde está su tesoro, ahí estará su corazón.
“No temas.” El temor es enemigo de la fe.