Hoy es la solemnidad de Corpus Christi.
En la Santa Trinidad hay un humano con un corazón humano. Es Jesús. Jesús es Dios – y totalmente hombre. Fue crucificado para salvar a nosotros y darnos vida eterna. Cuando recibimos de El, su Cuerpo y su Sangre, como El dijo, tenemos vida eterna en nosotros. Por su Cuerpo y su Sangre nosotros participamos en la Santa Trinidad, eternamente.
Cuando recibimos el Cuerpo de Cristo normalmente lo recibimos en la boca. Eso es lo normal desde los principios de la Iglesia. Pero hace unos años la iglesia nos dio la opción de recibir el Santísimo en la mano. Pero el normal es en la boca.
Es importante recordar esto, porque no es correcto recibir la hostia en la mano, dar la vuelta y caminar. Es un banquete en el altar, no en otro lugar. Eso no es McDonalds, donde reciben y lo llevan. Ponemos una mano encima del otro y lo comamos en el momento antes de caminar. Es un privilegio recibirlo en la mano, pero consúmalo en el momento.
Jesús dijo, “Toman y coman.” No dijo que “Llévame”.
Otra lección: No tienen que Confesar cada vez que comulguen si no han faltado la Santa Misa o cometido un pecado grave. Se acuerda de las Palabras de Jesús en la Consagración de vino a su Sangre en la Ultima Cena,
Toman y beban … esto es el cáliz de mi sangre …
… que será derramada … para el perdón de los pecados…”
O sea, que cada vez que comulgamos con El nuestros pecados están perdonados, los pequeños pecados cotidianos. Es diferente si nos separemos de El como cuando rechazamos la Santa Misa y no llegamos, o cuando cometemos otros pecados que nos separan de El y los demás como matar a otro o robar de otro. Si hacemos esto debemos Confesar y pedir a Dios perdonarnos por la falta antes de comulgar.
Cuando tomamos en cuenta y comenzamos a entender más sobre el Sagrado Corazón de Jesús, entendemos mejor el don de su Cuerpo y Sangre. Fue ese día, hace como 350 años en Francia en el día de Corpus Christi, que Jesucristo reveló a Santa Margarita María Alacoque su Sagrado Corazón. La Fiestas del Sagrado Corazón y Corpus Christi están conectadas históricamente.
Cuando entramos en la devoción se nos presenta dos caras de una moneda. Sin embargo, tenemos la tendencia a considerar sólo una cara de la moneda.
Por un lado de la moneda entendemos que Él nos ama a pesar de nuestras debilidades y pecados, aun cuando le damos nuestras espaldas a El. Siempre está dispuesto a perdonarnos en su Corazón Divino cuando lo buscamos con arrepentimiento sincero.
Vamos a examinar el otro lado de la moneda, el Corazón Humano de Jesús. Jesús también experimenta el dolor de un corazón humano, al igual que experimentemos nosotros. Cuando estamos insultados, ignorados o apenas no nos hacen caso, no nos respetan, nos duele. Lo mismo sucede con Jesús. Cuando nosotros hacemos algo especial para un amigo o un querido y aquel no lo reconoce o no nos aprecian, nos duele, al igual que nuestra injusticia y la indiferencia causan dolor para Jesús. Las mismas cosas que nos hacen daño también lo siente el Corazón de Jesús. Esta es el otro lado de la moneda que descubrimos en nuestra devoción a su Sagrado Corazón.
Tenemos que aprender como hacer reparación a El, al igual que hacemos reparación a nuestros queridos cuando los ofendemos. Si queremos crecer más unidos de Jesús, también tenemos que compartir el dolor y la falta de apreciación, las calumnias y los ataques que El experimenta. en el principio, y aún experimenta en la actualidad. ¿Cómo debe El sentir cuando elegimos a faltar la Santa Misa, o no intentamos recibirlo en la Santa Comunión, después de que El dio su vida por nosotros, y nos invito a su banquete. O cuando cometemos un pecado que nos separa de él, pero se niegan a buscar la reconciliación con El en la Confesión. Estas cosas profundamente herían a Jesús.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús nos obliga a tratar de crecer en la comprensión de Su Corazón, tanto en su infinito amor por nosotros y el dolor que siente todos los días cuando lo ignoramos o permitimos que nuestro egoísmo cause que lo hacemos menos importante en nuestras vidas. Estas son los dos lados de la moneda que tenemos que tomar en cuenta cuando consideramos el Sagrado Corazón de Jesús.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús nos invita a entrar en una relación más profunda con él. Nuestra devoción al Sagrado Corazón debe reconocer el dolor en su corazón, así, y nos llevará a una relación más unida, mas profunda con Jesús, en la Santa Trinidad, con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo.