Como nos dice San Pablo,
… hay muchos que viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición, porque su dios es el vientre, se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas de la tierra.
Su dios es el vientre, … deberían avergonzarse – – y solo piensan en cosas de la tierra.
¿De quien estamos hablando? Quizás, los quienes viven por si mismos y no comparten sus bienes con los necesitados. O, quizás los que viven solo para gozar la fiesta o la parranda? El hombre quien deja su familia después de su turno de trabajo para estar con otros amigos. O, ¿El alcohol? ¿La droga? ¿La comida? ¿El sexo o la pornografía? ¿Viven solo para las compras? ¿El chisme? ¿El internet? Quizás todos quienes son esclavos de cosas materiales o deseos desordenados. Solo viven para cosas del mundo. Si no pueden alejarse de sus tentaciones, San Pablo dice que ellos,
… viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición, porque su dios es su vientre
No amen ni a Dios, ni a sus familias. Solo aman a si mismos.
Hay otros en nuestra comunidad quienes viven como enemigos de Cristo y de la comunidad, incluyendo a los quienes gocen del abuso de sus familias o su pareja con su ira; o quienes abusan sexualmente, especialmente los abusadores de niñas jóvenes, abusadas por sus propios tíos, primos, padres o hermanos. Estos actos impuros sucedan en nuestra comunidad con demasiada frecuencia, mis hermanos, y entre familias. Y las madres de estas niñas no las protegen. Debemos rezar y correr a los demonios del abuso, demonios impuros. Estos abusadores,
… acabarán en la perdición, porque su dios es su vientre….
Y hacen mucho daño. Esos no son amigos de la cruz de Cristo, ni de nuestra comunidad.
Cuaresma es una temporada para buscar claramente la mera verdad en nuestras vidas, y examinar con claridad cuando somos nosotros enemigos de la Cruz de Cristo.
El Cuaresma es para arrepentir y volver a Dios, pidiendo perdón por nuestros pecados. Debemos apartar tiempo para reflexión sobre nuestros actos y para estar con Dios. Hacemos penitencia con la ayuda del ayuno, sacrificios, limosnas y mas oración. “Perdóname, Señor, he permitido a mi vientre ser mi dios en lugar de Ti, Señor. Soy pecador. Perdóname.”
Dios no nos va a perdonar si no arrepentimos y pedimos perdón. Pero, si lo hacemos, Dios nos va a perdonar.
Una razón para ser miembro de una parroquia es Cuaresma, y la Pascua. En comunidad cristiana reconocemos con claridad nuestros errores; … no en el mundo. En comunidad cristiana nos preparamos para el Reino del Cielo, perdonados, alimentados espiritualmente; … no en el mundo. Yo no se como podría yo existir sin mi comunidad, mi parroquia donde puedo arrepentirme, encontrar perdón, y servir. Solo, yo no puedo; solo, no soy capaz. Necesito a mi Dios, y a mi iglesia, mi parroquia para buscar una vida sana, justa, recta, perdonada. Yo cuento con Uds. para apoyarme y acompañarme hacia Dios.
Y Uds. pueden contar conmigo, porque todos necesitamos una comunidad. Juntos como parroquia nos hacemos amigos de la cruz de Jesucristo.
Hoy les voy a hablar del diezmo, porque el diezmo es una de las maneras en que podemos aprender vivir unidos con nuestra parroquia. El diezmo forma un enlace fiel entre nosotros y la vida parroquial y nuestras obras.
Todo lo que tenemos es un regalo de Dios. Nada de lo que tenemos o gozamos viene de ninguna otra fuente si no de Dios. Dios nos perdona. Dios nos ha proporcionado todo lo que necesitamos, y nos invita a vivir eternamente con El.
A cambio, le ofrecemos a Dios nuestras oraciones, alabanzas y gracias. Debemos examinarnos constantemente a nosotros mismos si estamos de verdad agradecidos con El por todas sus bendiciones.
Un “Diezmo” es generalmente definido como la décima parte de nuestro ingreso, los frutos de nuestro trabajo. Lo debemos a Dios en reconocimiento de su amor.
La costumbre de dar el diezmo se remonta a la antigüedad. Es mencionado en el Génesis 14. Al igual que Abraham había representado como ofrenda de diezmo de sus riquezas, por lo que en el Génesis 28, Jacob es recordado por dar como diezmo de todas sus posesiones al Señor. Bajo la ley de Moisés el pago del diezmo era obligatorio. El requisito del diezmo es biblico. Jesus lo reconocio en el evangelio.
Este Cuaresma, consideren su propio diezmo. Muchos sufren de la “Enfermedad del billete de un dólar”, y solo ponen un dólar en la colecta, o nada. Debemos pensar en nuestro diezmo como “los primeros frutos”. Una forma de iniciar el diezmo es ofrecerle a Dios, un mínimo equivalente a la primera hora de trabajo de nuestro salario semanal. Si usted gana $10 por hora, considere que usted debe dar al menos en la colecta sus primer $10 dólares en la colecta del domingo. Si usted ya está dando su primera hora, puede aumentarlo? Cada uno de nosotros podemos dar a Dios el 10% de nuestro ingreso. Cada uno de nosotros debemos estar orando agradecidos, buscando la manera de aumentar nuestro gratitud a Dios por todo lo que hemos recibido. Dios bendecirá nuestra generosidad.
Mucha gente se consideren a si mismos “generosos”. Pero en terminos biblicos, si no estan haciendo un diezmo de 10%, ¿como se pueden considerarse generosos? La generosidad comienza solo despues de haber cumplido con sus deberes. Por ejemplo, ¿Uds. pueden considerar a alguien “generoso” si hiciera regalos a sus amigos, mientras no cumplia con sus responsibilidades a su familia? Asi es, tambien, con su parroquia. No pueden llamarse generosos si no se preocupa por sus responsibilidades a Dios y a su familia. Y debemos tener la fe que Dios va a bendicir nuestra generosidad.
Yo les invito a Uds. reflexionar esta semana sobre su diezmo y su generosidad. Parejas, maridos, yo les sugiero que Uds hablen juntos de su diezmo, porque es asunto familiar, no solo del macho. La generosidad es una manera de librarnos del machismo con generosidad en lugar del egoismo. La semana que entra les invito a venir listos para hacer su promesa anual de su diezmo a la comunidad. Todos necesitamos un plan de generosidad.
Juntos como parroquia nos hacemos amigos de la cruz de Jesucristo. Juntos decimos, uno al otro en comunidad, “Pueden contar conmigo”.