Cuando estoy dando dirección espiritual, uno de los errores mas difícil de eliminar entre Cristianos es el concepto de un “Evangelio de Abundancia” o un “Evangelio de la Prosperidad”. Una vez que este error se establece en la mente de personas, es bien difícil para ellos crecer y madurar espiritualmente y en la fe cristiana.
Aquí esta el error: Muchas personas creen que si somos buenos cristianos Dios les va a bendecir con bienes en esta vida. Y, también, si creen que las cosas van mal en su vida es porque Dios les esta castigando en esta vida por sus ofensas.
Lo escuchamos con frecuencia:
- ¿Por que Dios permite malas cosas?
- ¿Por qué las cosas malas suceden conmigo?
- Ruego a Dios para (Dinero, Victoria para mi equipo de Futbol, remedio de una enfermedad, etc.) pero Dios no me escuche.
El problema es que esta filosofía no es Cristiana. Sin embargo experimentamos este error con frecuencia cuando la gente están quejando que sus oraciones no están escuchado por Dios. La situación comienza ser una excusa de no rezar. “¿Por qué rezar? Dios no me escuche.”
Esta visión de un “Evangelio de Abundancia” es peligroso y dañino a nuestra fe. No es cristiano, sino pagano. Jesús nunca experimento abundancia en esta vida, sino tribulaciones, castigo y crucifixión. Juan el Bautista nunca experimento el “Evangelio de Abundancia”. Juan fue encarcelado y decapitado por su fe y predicación. María y José no experimentaban el “Evangelio de Abundancia”, sino que ellos tenían que huir de noche para vivir en exilio en Egipto, lejos del rey Herodes quien hizo el intento de matar al niño Jesús. Los Apóstoles nunca conocieron un “Evangelio de Abundancia”. Fueron pobres y la mayoría de ellos resultaban mártires por su fe.
Creer en el “Evangelio de Abundancia” no es cristiano, sino pagano. Los paganos creen que sus dioses les dan premios en esta vida, o que los castigan.
Es pagano cuando gente buscan adivinos para adivinar su futuro, o brujas, o la magia para afectar el futuro. Eso es simplemente superstición. Es pecado contra el Primer Mandamiento. Hay un solo Dios. Cuando la gente buscan las cartas para evitar el mal o causar el bien, es pagano. No puede ser Cristiano. Por eso la Biblia ensena que Dios esta en contra a adivinos, y es pecado practicar advinizacion.
Vamos a examinar otra vez la primera lectura de Job. No tenemos la menor idea si el libro de Job es historia o simple un cuento o leyenda, pero de todas formas es la verdad, y la Palabra de Dios, e importante para ensenar la fe.
Job fue rico, bien respetado y tenia una familia grande y muchas propiedades. Escuchamos que,
“Había en el país de Uds. un hombre llamado Job; era un varón perfecto que temía a Dios y se alejaba del mal.”
Satanás no creía que Job realmente temía a Dios, sino solo porque Dios lo daba muchos beneficios. Según el cuento, entonces, para probar a Job dijo le Satanás a Dios,
“¿Acaso Job teme a Dios sin interés? No lo has rodeado de un cerco de protección a el, a su familia y a todo cuanto tiene? ….
Pero, extiende tu mano y toca sus pertenencias. Veras si no te maldice a tu propia cara.”
Satanás creía que el hombre solo ama a Dios y teme a Dios si se sienten premiado y bendecido por Dios. El reto de Satanás era que Job solo es un pagano quien espera recibir bendiciones de Dios todo el tiempo, y no realmente amaba y temía a Dios. Todo el libro de Job se trata de esta prueba de Job con mal trato severo, enfermedad y ataques a su familia y su propiedad.
Los amigos de Job querían regañarlo con la filosofía de un evangelio de abundancia, diciendo a Job que todo su mal es por su pecado, y que debe pedir perdón a Dios para ser perdonado y restaurado a sus riquezas y bendiciones. Ellos decía que era obvio que Dios esta buscando venganza de Job.
Sin embargo, Job insiste que es inocente. Y era verdad. Job no pecaba contra Dios y nunca lo maldecía, a pesar sus malas circunstancias. Dijo Job,
“Si aceptamos de Dios lo bueno, ¿por qué no aceptamos lo malo?”
El punto de Job es que todo lo que tenemos viene de Dios, incluyendo nuestra vida. Dios es nuestro Creador. Nosotros no somos los creadores de Dios. Nunca se justifica que criticamos a Dios.
Job no esta diciendo que Dios nos da lo malo, sino que no tenemos derecho esperar siempre bendiciones de Dios en esta vida. Nuestra fe no depende de bendiciones en esta vida. Todos pasamos por pruebas y circunstancias difíciles. Siempre tenemos la obligación de dar alabanzas y gracias a nuestro Dios.
Nuestro evangelio no es el evangelio de abundancia, sino el evangelio de Jesucristo; el evangelio de Vida Eterna, un evangelio de esperanza para la vida, no para bienes o riquezas.
San Pablo dedico su vida al evangelio de Jesucristo, diciendo hoy,
Hermanos: No tengo por qué presumir de predicar el Evangelio, puesto que ésa es mi obligación. ¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio!
San Pablo amaba tanto a la gente, y a Dios. Pablo quería llevar a cuantos personas que podía a la salvación eterna.
Yo entiendo la presión que sentía Pablo para predicar la Buena Nueva, para el bien de todos.
En verdad, todos nosotros compartimos esa obligación de predicar la vida eternal y llevar cuantas personas que podemos al cielo. Compartimos esta obligación por nuestro Bautismo.
Miren como la suegra de San Pedro entendió su obligación. En el evangelio de San Marcos Jesús entra la casa con Simón (Pedro), su hermano Andrés, Santiago y Juan, llegando de la sinagoga. Los discípulos deben de haber sido todavía sorprendidos por los hechos que hizo Jesús en la sinagoga. Cuando entraban la casa se entierran que la suegra de Simón,
La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Jesús la curo con su toque. Esta totalmente curada y se levanta y les sirva. ¿Que mas debe hacer?
Nosotros hemos sido curado de la enfermedad de la muerte por nuestro bautismo. La muerte ya no tiene poder sobre nosotros. ¿Que debemos hacer?
Primero. debemos dar gracias a Dios por haber salvado a nosotros. La muerte ya no nos amenaza.
Segundo, tenemos que servir a Dios y a su Iglesia. Eso es que nos manda hacer nuestro bautismo. Estamos a salvo. Tenemos que ayudar a salvar a otros. No nos escondemos de nuestra iglesia, sino lo construimos con nuestro servicio. Nosotros tenemos que aprender como responder con madurez a Jesús, salir de la sombra a la luz de día y decir,
“Aquí estoy, Señor. Vengo a hacer tu voluntad. Puedes contar conmigo.”