En la primera lectura, escuchamos
“Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te amarán más que al hombre dadivoso. No hay remedio para el hombre orgulloso, porque ya esta arraigado en la maldad.”
En el evangelio, Jesús dijo,
“Porque el que se engrandece a si mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.”
Si nosotros vamos a vivir en el Reino de Dios, tenemos que ser humildes y justos. Tenemos que ser honestos.
¿Como debemos vivir nuestras vidas diariamente para seguir nuestra fe y ser humildes y justos? Este problema también yo experimente en mi vida profesional.
Por muchos años yo era diácono permanente mientras que yo trabajaba en la industria privada. Yo era ejecutivo en el mundo de negocios. Mis colegas en la parroquia sabían de mi carrera profesional, y varios de ellos me hicieron una pregunta al respecto. Siempre la misma pregunta. También mis colegas en mi trabajo sabían que yo era diácono en la iglesia, y ellos me hicieron la misma pregunta. Esa pregunta era, y es, muy importante.
La pregunta que recibí con frecuencia era, “¿Marcos, como haces para vivir con tu fe en el mundo de negocios?” Excelente pregunta.
Pero la pregunta en si supone una perspectiva equivocada. La suposición atrás de la pregunta es que el mundo de negocios y la fe no se mezclan. La religión no tiene lugar en el mundo de negocios donde todos ganamos la vida.
Hubo un tiempo en mi vida en que yo también estaba de acuerdo con esta perspectiva.
Con el tiempo, con mas madurez en mi fe, llegue a ver que esta suposición era una mentira grande. Al contrario, se necesita la fe en el mercado, en el negocio y en todos aspectos de nuestras vidas. Siempre habrá una demanda real para hombres y mujeres fieles a la iglesia Católica en el mundo, en el mercado, en el negocio, en cualquier trabajo. Se requiere gente de virtud, honor y confianza; gente con principios personales. Sin gente confiable, justos, honestos ¡el mundo nunca será justo!
Finalmente encontré la forma de responder a la pregunta que me hicieron, “¿Como hago yo para vivir con mi fe en el mundo?” Primero les preguntaba, “¿Recibieron su salario el mes pasado? Cobraran su cheque? Si les pagaron, entonces nadie les debe un centavo mas!” A cambio de su salario, su compañía o su supervisor le espera de Uds. dos cosas importantes: 1) Funcionar bien en su trabajo; y 2) Ser responsable administrador de los bienes de la compañía. Si Uds. aceptaron su cheque, entonces es su responsabilidad ser un empleado fiel, un colega fiel.
Y entonces, les dijo, “¡DEJA DE ROBAR TU COMPAÑÍA! ¡DEJA DE ROBAR SUS CLIPS (PAPER CLIPS, SUJETADORES DE PAPELES, O PLUMAS)!”
Mis compañeros me miraban curiosamente, como que yo había dicho algo loco. Entonces continuaba yo, “¡No me miran así! Uds. saben muy bien lo que estoy diciendo. Cuando nosotros recibimos nuestro pago todas las deudas están canceladas. La compañía no nos debe un centavo mas! Hicimos un trato cuando aceptamos el trabajo. Después de pagarnos de acuerdo al entendimiento, no nos deben ni una grapa. Ni un papel. Ni una copia del Xerox. Ni una pluma o lápiz, o sobres. Ni una llamada personal de larga distancia en los teléfonos de la compañía. Ya recibíamos nuestro sueldo. La compañía espera que sus empleados son fieles administradores de sus bienes. Todos. Les debemos el mejor de nosotros.
Mi razón era que, si yo no puedo tener confianza en mi mismo con las cosas pequeñas, entonces ¿como puede la compañía confiar en mi con cosas grandes? Desde aquel entonces mi estándar personal ha sido, >> Si no es propiedad mía, no es mía!>>
Uno de los Diez Mandamientos es, “No robes”. Con este estándar personal de que la propiedad de otros “No es mía”, ya era inútil para mi convencerme a mi mismo que robar una pluma o una grapa, un clip no es un robo por ser pequeño. Y mas y mas pude apreciar el valor de personas verdaderamente honestos en el mercado, en la industria. Gente de confianza verdadera. Gente de integridad y honor. Gente justos quienes nunca robaran nada, ni un clip.
El asunto no es que Nuestro Dios me va a mandar al Infierno por el robo de un simple “clip” o un centavo. Si yo me encuentro condenado será por mi decisión de romper un mandamiento de Dios, no importa que sea pequeña o grande el robo. Un Cristiano, hombre o mujer, una persona madura o un joven tiene la sabiduría de saber que la vida eterna nos espera quienes somos justos y fieles a los mandamientos de Dios. Los infieles, los injustos no van a entrar el cielo.
¿Cuando comienza un acto ser robo? ¿Un centavo? ¿Un dólar? ¿Cien dólares? ¿Mil dólares? Personalmente tome la decisión de mantener mi estándar con una simple definición: “No es mío.” Es un estándar de vigilancia y control sobre mi mismo. Es mi responsabilidad personal.
Con frecuencia personas se presenten in el Confesionario confesando robos. Muchos me dicen, “Pero, Padre, son cosas insignificante, cosas pequeñas.” Es como que Dios les debe perdonar simplemente porque las cosas eran pequeños! Entonces, si Uds. piensen que tomar cosas pequeñas no es robo, aparentemente su estándar moral es pequeño. Entonces, ¡no tienen limites en su moral personal!
Algo semejante sucede cuando el niño en la escuela copia respuestas de otro, “cheating”, en un examen. Actualmente este representa dos pecados: Primero, el de robar conocimientos de otra persona. Segundo, hacerse mentirosos cuando presenten estas respuestas del otro al maestro, como que fueron suyo. Cheating es feo. Mejor es representar al mundo el suyo que es suyo en verdad, y mantener una guardia personal que, “¡Si no es mío, no es mío!” “No es mío” debe ser nuestro estándar moral y personal siempre.
Con esta estándar estricto he encontrado una paz que yo no sentía antes. Me ha servido en mi trabajo y en mi vida personal. Siendo estrictamente responsable a mi mismo por mi conducto con la propiedad de los demás, y con la verdad, poco a poco yo he encontrado una paz no esperada. Yo comenzaba ver otras oportunidades para mejorarme moralmente y espiritualmente, como las mentiras piadosas, u otros actos deshonestos o estafas, incluyendo el chisme. Todo se base en el mismo: respeto y justicia para los demás, y respeto para su propiedad.
Pero, hubo unas áreas de crecimiento personal, moral y espiritual que me sorprendían. Mientras yo aprendía no robar clips, mi corazón creció en generosidad para los demás. Después de marcar claramente, con la verdad, con un rayo moral, aprendí que compartir mis bienes se me hizo mas fácil. Era como un peso se había levantado de mi corazón.
Me di cuenta que los quienes roban no tienen paz, ni un espíritu de generosidad. Jesús estaba hablando de la generosidad hacia los demás cuando explicó,
“… así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!”
Cuando no roben, no tenemos que vivir con ningún temor interior de ser descubierto como ladrón, ninguna ilusión o en estafa. Me sentía mas libre!
El mundo necesita a Católicos morales, honestos, honrados, justos. Es mas, todo el progreso de cualquier comunidad lo requiere hombres y mujeres y jóvenes de mucho valor, justicia, honestidad y fe. ¡Católicos, su comunidad se necesita como no pueden imaginar! Limpio de estafas.
Mantengan limpios sus almas. Viven su fe en el mundo. Vivan libres. Y no roben “paper clips”.