En el evangelio este viernes pasado, dos ciegos pidieron misericordia de Jesús, y que el los restaure su visión. Yo reconozco que es ceguera. Podemos ver todo el mundo y no ver nada por nuestra ceguera.
En la biblia se usa la ceguera como obstáculo a ver claramente la verdad. Vivimos en un mundo de desorden y caos. El caos del mundo nos quita la paz y la orden. Estamos rodeados de caos.
Esta temporada de Adviento, las cuatro semanas antes de la Navidad y la llegada de Dios al mundo, sirve para ayudarnos a preparar para su llegada. ¿Como puede entrar Cristo en mi vida si estoy ciego y no puedo ver ni a el ni a la verdad?
Normalmente nos causa esta ceguera dos cosas:
- Nuestras vidas demasiadas atareadas, preocupadas, ocupados (En Ingles, “busy”), y
- Nuestros apetitos (impulsos instintos que nos lleva a satisfacer nuestras necesidades o deseos).
En mi caso personal sufro de estas causas, frecuentemente estoy demasiado “busy” o atareado, o distraído por mis impulsos naturales. De repente pierdo control de mi mismo. Me pongo ciego. No puedo ver a Uds. Sus problemas no me importan, porque no los puedo ver o oír por mis preocupaciones. Llega ser un problema espiritual. Es una ceguera espiritual.
Es importante en la vida moral, en la teología moral, que no debemos caer en el error de ver el trabajo o la preocupación como algo mal. El apetito o el impulso natural no puede ser mal. La comida no es mal. Así nos formo nuestro Creador con nuestras necesidades. Pero si tenemos que luchar en contra a la distracción y el desorden de la falta de disciplina personal. El malo esta en la desorden dentro de nosotros. En este caos de la falta de disciplina se encuentra el pecado. El sexo no es malo cuando esta ordenado al uso correcto. La comida no es pecado, sino mi falta de control de uno. Cuando no me disciplino es cuando estoy más dispuesto a caer en el pecado. La fiesta no es malo. Si pierdo control en la fiesta es malo. Entro en confusión profunda.
El miedo nos puede causar confusión. Si estamos demasiado miedoso de la muerte o el dolor, estamos en peligro de ser perdidos en la oscuridad de nuestro miedo. Jesús conquisto la muerte para siempre. No debemos tener miedo de nada.
En nuestro mundo de miedo, oscuridad y pecado, entro Juan el Bautista. Su mensaje fue, “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos esta cerca.”
Juan vivió en ayunas continua. Vivió en el desierto. Se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Su túnica se hizo de pelo de camello. Su vida demostró una disciplina sobre si mismo.
Cuando nos arrepienten hay unos pasos que hay que seguir. Primero, examinar nuestras vidas. Tomar tiempo para revisarnos, nuestras acciones e intenciones comparado con las instrucciones de Dios, por ejemplo los Diez Mandamientos. Una buena examinación de conciencia nos puede iluminar el caos y desorden en nuestras vidas, y nuestra ceguera. Luego, cuando reconozcamos nuestros pecados, nuestras faltas de auto disciplina, debemos acudir al Sacramento de Reconciliación.
El Sacerdote nos va imponer una penitencia. La única razón para la penitencia es para ayudarnos volver a dominar nuestras vidas en orden. Una buena penitencia no es un castigo, sino un ayuda. Por ejemplo, el ayuno será bueno para ayudarnos a dominar el apetito, ser dueño y jefe de nuestros cuerpos. El ayuno fortalece el espíritu.
También oraciones nos ayudan re-establecer el control sobre un espíritu desordenado. Todo es cuestión de ejercer el control en nuestras vidas y no vivir en desorden. No es cuestión de decir simplemente “Lo siento”, sino arrepiéntanse para conquistar el caos en nuestras vidas de lo que nos causa ser ciego espiritualmente.
La iglesia nos otorga esta temporada de Adviento para preparar para la llegada de Jesucristo en nuestras vidas en la Navidad. El Adviento muestra el color violeta, el color de penitencia y preparación. Marcamos los cuatro semanas de Adviento con la corona de velas de Adviento, esperando la apariencia del niño Jesús. Adviento no se trata de cosas del mundo, como hacer compras o preocuparnos demasiado con decoraciones. Si te encuentras demasiado angustiado para la Navidad, necesitas volver a la tranquilidad y paz de la verdadera preparación de Adviento. Nombren su “busy”, su preocupación. Domínalo con ayunas e oración. Preocúpense para los pobres y mas necesitados. Esto es el Adviento.
Y ven con nosotros a la celebración del Sacramento de Reconciliación para la Parroquia este Viernes en la iglesia de St. John’s. Hemos invitados a cinco mas sacerdotes para oír confesiones aquella noche, próximo viernes, 10 de diciembre a las 7pm.
Mateo 3:1-12