Hoy la palabra de Dios nos invita a profundizar sobre el sentido de la fe.
Quiero invitarles a reflexionar conmigo sobre nuestra propia vida y que significa el tiempo para nosotros, eso que llamamos pasado, presente y futuro.
Básicamente, podemos experimentar dos conceptos del tiempo. El primero es redondo, como un circulo. El segundo es recto, como una línea.
El concepto redondo, o circular del tiempo depende en la creencia que nada cambia, sino siempre se repita. Este pasado, este presente, este futuro lo podemos meter en este globo que se llama tierra y que es redondo. Es todo lo que vivimos aquí en esta tierra, las luchas, los sueños, la familia, las experiencias de vida.
La vida humana sufre porque siempre experimentemos cosas malas del mundo. Si hay momentos bonitos, pero estamos sujetos al mal todas nuestras vidas. Como dice el profeta Habacuc hoy en la primera lectura, escuchamos,
“¿Porque me dejas ver la injusticia, y te quedas mirando la opresión? Ante mi no hay mas que asaltos y violencias y surgen rebeliones y desordenes.”
Nada cambia en la vida. Las experiencias de la vida siempre se repitan y el humano sufre. Siempre fue así por la eternidad. Esto es la vida, y esto es nuestra historia: redondo. Nuestro pasado es nuestro futuro. No importa lo que suceda, siempre va a ser así. En esta vida la esperanza es una tontería. Si perteneces a esta perspectiva, la esperanza es ficción. En este clase de mundo la esperanza no tiene ningún sentido.
Pero tenemos los que creemos en otra clase de tiempo. Es el tiempo recto. Es el tiempo que va siempre adelante y se va moviendo. ¿Con que? ¡Con la fe!
En el concepto recto de tiempo, también el tiempo es eterno, pero tiene origen, un “Génesis” en que Dios inicio todo de nada, incluyendo a los primeros humanos, Adán e Eva. El tiempo es una línea continua e eterna desde la origen hasta un destino en el futuro, con nuestra resurrección y Vida Eterna. También llamamos el Tiempo recto, la “historia de Salvación”.
Y aquí en este tiempo es donde encontramos a Jesucristo. Por la fe creemos que cuando Jesús vino hubo un “antes” de Cristo donde no hubo ni esperanza ni amor. Y vino Jesucristo e ilumino nuestro tiempo y nos dijo que si hay esperanza y que tenemos un futuro. Dios se hizo hombre e habito entre nosotros. Cristo es el centro de nuestro tiempo y de nuestra historia. La esperanza de nuestra fe nos permita salir de nuestro pasado y seguir a Cristo hacia nuestro destino con El. Hay un “antes”, y luego hay un “después” de Cristo.
El mundo antes de Cristo era el mundo sin esperanza, y sin futuro. Todo el mundo vivía en una trampa, en el circulo de la vida humana. La única salida era la muerte. Para entender el mundo antes de Cristo, lee la literatura de aquel entonces. Sin esperanza de la Resurrección y la Vida Eterna, lo único que esperaba el hombre era la tumba de muertos. La muerte era su esperanza de descanso. De polvo venimos y de polvo volveremos. Era una época de melancolía profunda y tristeza perpetua. La alegría era pasajera, nunca permanente. La esperanza siempre terminaba en la desesperación, en la muerte. En el mundo antes de Cristo, la Muerte gano y dominaba al hombre. Esta vida era todo, y por eso circular, siempre repitiendo.
Entra Jesucristo al mundo. Con su muerte y resurrección, mata a la Muerte para siempre. La Vida Eterna gana. Después de la resurrección no hay mas muerte. Ahora en nuestra propia Pascua podemos experimentar la verdadera esperanza.
Solo con la fe existe la posibilidad de la Paz y el Amor en este mundo. La Paz y la Caridad florecen en el mundo de Esperanza, como nunca era posible en el mundo antes de Cristo. El verdadero desarrollo humano se ve en el mundo Cristiano. La justicia es fruto de la fe y la esperanza. El mundo Cristiano dio a luz a las instituciones que llamamos hospitales. En el mundo de esperanza se entendieron lo que es la educación publica y derechos humanos.
En el mundo pagano florece la superstición, la envidia, la injusticia y una persona en contra a otro. Conocemos hoy la depresión, el desaliento en que se cree la persona que no hay salida y todo es oscuro. En este mundo circular encontramos a mamas y papas desesperados. En vez de la esperanza de bebe, escogen el aborto, en vez de apoyar al mas frágil tener su esperanza de Vida Eterna.
¿Cual historia quieren que sus hijos aprenden? La luz de la fe en el mundo de esperanza ilumine al mundo oscuro y corre a la desesperación e ignorancia. Pero ¿cual historia permitimos que las escuelas y los maestros enseñan a nuestros hijos? ¡Miran con atención que están aprendiendo! Les dan la historia redondo, donde la muerte gana. No les enseñan la historia de esperanza.
¿En que clase de tiempo estas tu? En cual tiempo vives? En el tiempo del mundo, o en el tiempo de Cristo? Si estas en el tiempo del mundo pagano, poco es bueno, nadie es bueno para ti, todo termina negativo.
El cristiano de fe tiene que tomar una decisión para vivir en el tiempo con un destino preferido. Siempre vamos a encontrar roces y conflictos con el mundo. Todavía el Cristiano es rodeado de un mundo pagano. Depende en el Cristiano traer al mundo la esperanza y nuestra visión del tiempo que avance hacia la Vida Eterna. La fe sirve a ti para encontrar a Jesús, y por eso la fe tu la necesitas, para todo en la vida. Todo progreso viene de Jesús. Sin fe en Jesús estamos paralizado en un mundo pagano y oscuro.
En cambio, como dice el profeta Habacuc,
“El justo… vivirá por su fe.”