Lleno del Espíritu Santo, la Iglesia explotó desde Israel y comenzó a llenar todo el mundo, y comenzaban a introducir a Jesucristo al mundo pagano. El mundo pagano no es realmente muy diferente del mundo de hoy. San Pablo y los apóstoles no estaban hablando a un mundo ateo, sino a un mundo realmente religioso. Aun hoy día, se me hace que la mayoría de la gente de nuestro mundo crean en Dios, pero no lo conocen, y no conocen a Jesucristo, y que Jesucristo es Dios. Como dijo San Pablo,
Por eso les aseguro que nadie puede decir: «Jesús es el Señor», si no está impulsado por el Espíritu Santo.
Mucha gente dice, “Yo creo en Dios”. Pero muchos tienen dificultad en decir, “Creo que Jesús es Dios”. Es más fácil que la gente, aun gente secular, diga, “Yo creo en Dios” que decir, “Yo creo que “Jesucristo es el Señor, es Dios.” Impulsado por el Espíritu Santo, que recibimos en nuestro Bautizo y Confirmación, nuestra tarea es siempre proclamar el evangelio de Jesucristo al mundo. Donde llegaba la iglesia, habían misioneros quienes,
llenos del Espíritu Santo . . . comenzaron a hablar en distintas lenguas…
Tenemos en la historia de México un ejemplo magnifico del movimiento del Espíritu Santo. Casi 500 años atrás, llegaban los Conquistadores a México. El año 1521 los Españoles conquistaron a los pueblos de México y a la nación de los Aztecas; una nación muy avanzada en cultura, literatura, ciencia y matemática. La iglesia y sus misioneros entraron a México y comenzaron a evangelizar al pueblo Mexicano.
Desde el inicio, los catequistas y misioneros Españoles no entendían al pueblo Mexicano. Encontraban a idiomas extraños y prácticas religiosas paganas, con ídolos extraños, pirámides y templos y muchos sacrificios humanos cada ano. Los misioneros pensaban que habían encontrado una religión diabólica, en contra al Dios pero con muchos dioses, un pueblo “politeísta”. Aun después de diez años de mucho trabajo solo los misioneros lograron pocas conversiones y habían pocos cristianos bautizados, quizás menos de unos 200,000 personas de una población estimada en México entre de 10 a 20 millones de personas. Todavía estaban reportados unos 10 mil sacrificios humanos por ano hasta 1531.
Por su parte, el pueblo Mexicano se encontraba reducido a un pueblo perdido, deprimido, y una tristeza fuerte había crecido entre ellos. Ya se encontraban sin su rey y su propio gobierno, sin su religión, sin sus templos y sacerdotes y sujetos a un rey extranjero quien quería imponer su religión extraña a los Mexicanos. Los Españoles destruyeron a sus templos y pirámides y los re-emplazaron con iglesias europeas. Se encontraban los Mexicanos como esclavos o niños malos a quienes los extranjeros querían limpiar de todo que ellos creían como verdad antes de la conquista.
Se presentaba la Virgen María a esta situación, cerca de la ciudad de México, en el local de Tepeyac en diciembre de 1531, y desde aquel entonces la conocemos como Nuestra Señora de Guadalupe.
Nosotros hacemos un gran error cuando tomamos esta experiencia como simplemente un milagro de aparición, o que su retrato es simplemente un arte antiguo del siglo XVI. Su imagen es activa. La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe es un verdadero “evangelio”.
La Virgen María hizo su evangelización en el idioma del pueblo Mexicano. Utilizaba el idioma y las señales de la cultura Azteca. Su idioma fue escrito con pictografía y símbolos, no con letras fonéticas. Su carta, su mensaje está escrita en el idioma del aquel pueblo Mexicano. El uso de pictografía no es muy diferente en concepto de los idiomas de los Chinos o los Egiptos.
Sin embargo, cualquier de nosotros podemos leer su “carta de amor” con confianza. Pero es necesario tener una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe original, legitima, verdadera, completa. El Padre Víctor y yo no hemos encontrado una imagen original en toda la parroquia y lo hemos buscado desde que lleguemos. Ahora si la tenemos.
La única forma de saber con seguridad es encontrar la firma del Arzobispo de México, o en otra palabra Latina, el “imprimátur”. Con esta firma abajo en la esquina derecha, pueden tener confianza.
Hay muchas imágenes de Nuestra Señora de Guadalupe en el mundo, pero la mayoría son interpretaciones dadas por artistas hechas recientemente. Los obispos de México han estado preocupados por el problema de copias y por eso ya ponen su firma en los originales para asegurar a los fieles que no es una interpretación artística hecha en un taller, sino la imagen dada por el Espíritu Santo en 1531. Es la misma imagen que ella presento en la tilma de San Juan Diego y el Obispo Zumárraga y que todavía hoy se puede observar en la Basílica de Guadalupe.
La imagen de Nuestra Señora es más que un retrato. Es un mensaje viva para nosotros. En el original, La Virgen representa que ella entiende al pueblo Mexicano y ha escuchado sus dolores y gritos desesperados. Ella afirma que el pueblo Mexicano es muy religioso, y que son monoteístas, no “politeístas”, o sea, que ellos creen en un solo Dios, no en varios dioses. Las diferentes tribus tenían diferentes símbolos para Dios. Por ejemplo, el grupo más fuerte, los Aztecas, creían que Dios era el sol. Otro grupo grande creían que era la Luna. Otros las estrellas.
La Virgen sabía que era necesario evangelizar al pueblo y apoyar a los padres de la Iglesia.
Observamos en su imagen a una mujer rezando. No es diosa, sino que está rezando al Dios. En su túnica esta vestida con un color rosado, color de la tierra, cubierta con flores. Lleva un manto del Cielo y las estrellas. Esta parada sobre la Luna. En el idioma Náhuatl, la palabra “México” expresaba “en el ombligo de La Luna”, o sea el centro del universo. El sol está detrás de ella, y ella lo tapa. Estamos observando a una mujer en el centro del Universo, más fuerte que el sol.
La Virgen está contradiciendo a los Españoles. Ella sabe que ellos no son paganos politeisticos, sino que creen en un solo Dios. Pero no es el sol. Y no es la luna, ni las estrellas. Así María hizo una corrección importante para los misioneros y afirmaba a los Mexicanos.
Así declaro La Virgen a Juan Diego y al pueblo,
“… y soy la perfecta siempre Virgen Santa María, y tengo el privilegio de ser Madre del verdadero Dios, Aquel por quien se vive, Creador de las personas … del Señor del Cielo y de la Tierra.”
Ella esta con su Hijo en el centro del universo.
Luego, observamos que ella esta embarazada, en cinta. Sus manos también forman un techo sobre su vientre. Todas las flores tienen raíces que comiencen en el Cielo, menos una. Esta flor tiene cuatro pétalos, flor del sol, exactamente encima de su vientre. Ella es obviamente humana, y su bebé será también humano.
La Virgen anticipa que el pueblo Mexicano la aceptará a ella y su mensaje. Vemos el famoso “Angelito de Guadalupe”. Pero si observamos con cuidado, es claro que eso no es el ángel europeo; no es un bebe con alas de paloma. No, este “angelito” no está arriba de ella, sino debajo. No es ningún bebe, sino es calvo, con cara de hombre maduro. Usa una túnica también de color de la tierra, no del cielo. Sus alas son de águila, símbolo familiar del pueblo Mexicano. Los colores son azul, blanco y rojo, colores de México. Ese ángel es el espíritu del Pueblo Mexicano, abrazando a sus vestidos, la tierra y el cielo, y levantándolos para revelar el pie de la Virgen sobre la Luna.
La Virgen dice, “Yo sé que Uds creen en un solo Dios, pero no es el sol, y no es la Luna, ni las estrellas. El verdadero Dios es mi Hijo.” Y el “Angelito” está confirmando el mensaje.
María entendía que la gente necesitaba un templo, y pidió al obispo construir un templo allí en Tepeyac, donde se encuentra hoy en Día la Basílica de Guadalupe. María llevo Jesucristo al Pueblo Mexicano. Por eso se llama evangelio.
El efecto de su evangelización era tremendo. Cambio la historia de México. Los sacrificios humanos terminaron casi inmediatamente. Los bautizos comenzaban a crecer radicalmente. Dentro de cinco años había cinco millones de bautizos registrados en México. Un sacerdote escribió en 1536 que en solo cinco días el y su compañero habían bautizados a más de 14 mil personas. El número de bautizos fue alarmante en la iglesia entera, tanto que en 1536 el Papa Pablo III mando una carta a todo el mundo diciendo que hagan todo el rito y formula del bautizo. Cuando San Juan Diego y el obispo Zumárraga murieron en 1548 ya había unos 9 millones de bautizos registrados en México.
¿Que observaban el Obispo y los Españoles? La Virgen apoyo a la iglesia pidiendo la construcción de una iglesia. Ella mostro una imagen que los Europeos podían entender de la Biblia, del libro Apocalipsis:
“Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Está embarazada…”
¿Cómo evangeliza La Virgen María? Ella nos enseña como evangelizar, con un corazón que escucha. No forzamos nuestra religión, sino mostramos nuestra fe en Jesucristo. Siempre afirmamos el bien de cualquier fe que encontramos, no la condenemos. El fruto será conversiones de corazones. Así hizo María con la ayuda del Espíritu Santo.
La evangelización de María sigue hoy en día. Cada ano peregrinos de todo el mundo visitan la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, unos 14 millones peregrinos anualmente. Este número es más que todos los peregrinos sumados de todos los demás lugares de apariciones de María en todo el mundo, incluyendo a Lourdes y Fátima. El evangelio de Nuestra Señora sigue hoy.
Jn 15:26-27, 16:12-15