Ustedes me han escuchado preguntar, “¿Después de su Resurrección, a donde se fue Jesús?”
Vamos a ver como entendió la primera Iglesia, que Jesús se fue dentro de la Iglesia después de su Resurrección. El la estableció para vivir con nosotros en su Iglesia. Esto lo podemos ver en las escrituras, como Hechos de los Apóstoles.
Cuando lo apedreaban a San Esteban, Saulo, nuestro San Pablo, estuvo de acuerdo en que lo mataran a Esteban. Luego leemos en Hechos,
El mismo día de la muerte de Esteban, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén . . . .
Entre tanto, Saulo hacía estragos en la Iglesia: entraba en las casas para llevarse a hombres y mujeres y meterlos en la cárcel.
La nueva iglesia fue testigo de los abusos y las violencias de Saulo y los lideres del Templo en contra a los cristianos y la Iglesia nueva.
En aquellos días, Saulo, amenazando todavía de muerte a los discípulos del Señor, fue a ver al sumo sacerdote y le pidió, para las sinagogas de Damasco, cartas que lo autorizaran para traer presos a Jerusalén a todos aquellos hombres y mujeres seguidores del Camino.
En el principio, la Iglesia se llamaba “El Camino”. Todavía no usaban la palabra “cristianos”.
Saulo o Pablo, tenia una reputación fea. Todos los del Camino tenían mucho miedo de el. Saulo tenia sangre en sus manos.
Sabemos de su conversión de Saulo en la ruta a Damasco.
. . . sucedió que, cuando se aproximaba a Damasco, una luz del cielo lo envolvió de repente con su resplandor. Cayó por tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Preguntó él: “¿Quién eres, Señor?” La respuesta fue: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
O sea, Saulo pensaba que estaba persiguiendo a judíos extraviados, en grave error. Jesús, ya resucitado, dijo a Saulo que el era Cristo, el Mesías, ya presente en la Iglesia. Quien persigue a la Iglesia, persigue a Jesús. Jesús vive en la Iglesia. Jesús formo a la Iglesia para vivir con nosotros en la Iglesia. Jesús mismo nos dice que el es la Iglesia. Saulo tenia una conversión y fue bautizado en la Iglesia, en Damasco.
Con esta historia de la Biblia, podemos entender la primera lectura hoy, también del libro de Hechos.
Cuando Pablo regresó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no creían que se hubiera convertido en discípulo.
Saulo/Pablo entendió que Jesús estaba en la Iglesia. ¿Ahora, donde quería estar Pablo? Con la Iglesia, en la Iglesia, con Jesús. Era lo mas natural. Fue por eso, que Pablo trato de unirse a los discípulos en Jerusalén.
En Jerusalén Pablo conoció a los Apóstoles. Pablo hizo sus primeros intentos a predicar Jesús en Jerusalén, pero muchos tenían miedo de el todavía. Algunos trataban de matarlo. Los discípulos de la Iglesia lo salvaron y lo llevaron a la costa para mandarlos a salvo en un barco a su tierra natal, Tarsus.
Con ese entendimiento, vamos a considerar ahora el Evangelio.
Jesús decía a sus discípulos:
“Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.
Nosotros bautizados ya estamos el sarmiento de la vid.
Dijo Jesús:
Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.
Mucha gente dice que quieren conocer mejor a Jesús y estar mas cerca al El. Es muy fácil. Hay que vivir la vida sacramental que Jesús nos dio en la Iglesia, “El Camino”. Solo falta tres cosas,
- No faltar la Santa Misa
- Comulgar cada vez que pueda
- . . . y cuando caen de la bicicleta vuelven a confesar sus pecados.
Es demasiado fácil. Como dijo Jesús,
Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten, así como discípulos míos’’.
Aparte no podemos hacer nada. No somos protestantes. Jesús vive en la Iglesia. Es por eso que tenemos los sacramentos y la vida sacramental. Jesús esta en los sacramentos, en la Iglesia.